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La red de telefonía móvil conoce siempre la ubicación de los usuarios y los investigadores de Telefónica Research han aprovechado estas informaciones de localización para, a través de la huella de los móviles, estudiar y predecir los flujos migratorios provocados por el cambio climático.
El objetivo es ofrecer a los Gobiernos una nueva alternativa para estudiar las migraciones y poder prepararse ante las llegadas o pérdidas masivas de población, “que van a ser cada vez más frecuentes, y modelarlas, que será importante en el futuro”, aseguró Enrique Frías-Martínez, investigador que ha participó en el estudio.
El sistema se probó en Colombia durante una sequía grave y demostró que, durante el tiempo que duró, un 10% de la población emigró a otros lugares. Los flujos demográficos provocados por catástrofes naturales, como los terremotos o las inundaciones, se dan de golpe, y ya se han rastreado de esta forma en estudios anteriores.
Para demostrar que la tecnología móvil también puede predecir movimientos a largo plazo, como los que provoca el cambio climático, “buscábamos una oportunidad de encontrar desplazamientos de población que ocurrieran de forma pausada”, explicó Frías-Martínez. Esto les llevó a estudiar la sequía de La Guajira, un departamento situado al noreste de Colombia, y pudieron determinar “no solo las características de la población y la distancia entre el origen y el destino, sino también las oportunidades económicas del lugar en el que acaban”, señaló el investigador.
El estudio presenta las huellas de los móviles como herramienta predictiva para que los Gobiernos conozcan los lugares de los que sale la población y cuál es su destino. Esto permitirá a los Ayuntamientos, según Enrique Frías, “definir políticas para gestionar los movimientos y conseguir que la población inmigrante se adapte a las zonas de llegada”.
Las predicciones del sistema se fundamentan en dos variables principales: “A más población, mayor intercambio de personas; y a mayor distancia entre la zona de origen y de destino, menor es el intercambio”, explicó el experto, que añade que “no dejan de ser modelos capaces, de momento, de predecir el 60% de las migraciones”.
El rastreo parece ser, según destaca Frías-Martínez, “de mayor utilidad en países en vías de desarrollo porque tienen menos alternativas para estudiar los flujos de población que las zonas más desarrolladas”. Estas últimas disponen de centros como el Instituto Nacional de Estadística en España, entre otros recursos.
No obstante, la penetración de los teléfonos móviles en economías en desarrollo está alrededor del 80%, mientras que en España, por ejemplo, alcanza el 100%. Estos datos, según el investigador, demuestran que “los mismos conceptos y metodologías que hemos empleado en Colombia pueden ser aplicadas en otros lugares”, y vaticinó que la herramienta será “potencialmente útil en todo tipo de economías”.
El nuevo sistema de rastreo mediante la huella de los móviles es rápido y barato, aunque no ha demostrado tener una mayor precisión que el resto de herramientas “porque, para decir que es más preciso, hay que conocer una verdad absoluta que no existe”, reconoció el experto. Destacó, no obstante, que “es una alternativa igual de buena que las existentes y que, intuitivamente, sí parece ser más precisa”.
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Una dificultad que presenta esta herramienta es determinar las causas principales que provocan las migraciones. El estudio tiene en cuenta que los movimientos de población se deben a un conjunto de factores y, entre ellos, el cambio climático “no es necesariamente el principal”, comentó Frías-Martínez.
“No hay una migración causal exclusivamente por el cambio climático, sino que este provoca una serie de cambios que afectan al acceso al agua, la agricultura, la ganadería…”, explicó el investigador de Telefónica Research. Se crea así una cascada de decisiones que el sistema intenta rastrear para predecir cómo van a afectar a las migraciones. “Todo es economía”, concluyó Enrique Frías.
Los datos que utiliza el sistema están encriptados, de forma que, según los investigadores, la web no permite el acceso a las fuentes originales. “La información se maneja respetando las leyes de privacidad de cada lugar”, aseguró el experto.
Este texto apareció originalmente en el diario El País, puedes encontrar el original aquí. |
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