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Por el gran volumen producido y consumido en todo el mundo, podría decirse que la cerveza es la bebida alcohólica más popular del planeta. No obstante su ingrediente principal, la cebada, es un cereal particularmente sensible a los fenómenos meteorológicos extremos.
Y aunque la frecuencia y severidad de los eventos extremos de sequía y calor aumentan en los escenarios climáticos predichos por numerosos estudios, la vulnerabilidad del suministro de cerveza a tales efectos nunca se ha evaluado hasta la fecha.
El estudio liderado por Wei Xie del Centro de Política Agrícola de China y la Escuela de Ciencias Agrícolas Avanzadas, de la Universidad de Pekín, titulado “La disminución del suministro mundial de cerveza debido a la extrema sequía y calor” y publicado recientemente en la revista especializada Nature Plants, modela la vulnerabilidad ante los futuros eventos climáticos extremos, tanto de la producción de cebada como del suministro posterior de cerveza.
De este modo, se espera que los rendimientos de la cebada disminuyan sustancialmente a medida que las sequías severas y las olas de calor se vuelvan más frecuentes debido al cambio climático: como resultado, la cerveza será más escasa y más cara.
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Los autores han comprobado que la pérdida promedio de rendimiento oscilará entre el 3% y el 17%, dependiendo de la severidad pronosticada por lo modelos climáticos. Esta disminución de los rendimientos de la cebada dará como resultado reducciones proporcionalmente mayores en la cebada disponible para la producción de cerveza a medida que se priorizan los productos más esenciales.
Esto dará directamente lugar a las correspondientes reducciones en el consumo de cerveza y por tanto, al consiguiente aumento en su precios, según sugieren los autores, dependiendo de la situación económica nacional y la cultura. Uno de los países más afectados, por ejemplo, será Irlanda, donde los precios de la cerveza podrían aumentar entre un 43% y un 338% para 2099 en el escenario climático más severo.
Según concluyen los autores en su estudio, si bien los efectos sobre la cerveza pueden parecer intrascendentes en comparación con otros muchos de los impactos del cambio climático (algunos de ellos potencialmente mortales) todavía hay algo fundamental en la apreciación intercultural de la cerveza.
Tal vez durante muchos milenios, y todavía en la actualidad, para muchas personas, la cerveza ha sido un componente importante de las reuniones sociales y la celebración humana.
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Aunque se puede argumentar que consumir menos cerveza no será un desastre en absoluto e incluso que podría tener efectos beneficiosos para la salud, existen pocas dudas de que para millones de personas en todo el mundo, los impactos del clima en el consumo de cerveza serán como “echar sal a la herida”.
Este texto apareció originalmente en National Geographic España, puedes encontrar el original aquí.
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