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En agosto, en una declaración de impacto ambiental de 500 páginas, la administración del presidente estadounidense Donald Trump asumió la siguiente suposición: en su curso actual, el planeta se calentará a cuatro grados desastrosos para fines de este siglo.
Un aumento de 4°C en comparación con los niveles preindustriales sería catastrófico, según los científicos. Muchos arrecifes de coral se disolverían en océanos cada vez más ácidos. Partes de Manhattan y Miami estarían bajo el agua sin defensas costeras. Las olas de calor extremas abarcarían grandes partes del globo.
Pero la administración no ofreció este pronóstico basado en la idea de que el mundo no podrá reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, como parte de un argumento para combatir el cambio climático. Todo lo contrario: el análisis asume que el destino del planeta ya está sellado.
El borrador emitido por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA), fue escrito para justificar la decisión del presidente de “congelar” las normas federales de eficiencia de combustible para autos y camionetas construidas después de 2020.
Si bien la propuesta aumentaría las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto, según la declaración, dice que esa política no sería de gran impacto.
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“Lo sorprendente que están diciendo es que las actividades humanas conducirán a este aumento de dióxido de carbono que es desastroso para el medio ambiente y la sociedad. Y luego dicen que no van a hacer nada al respecto “, dijo Michael MacCracken, que se desempeñó como científico sénior en el Programa de Investigación de Cambio Global de Estados Unidos de 1993 a 2002.
El documento proyecta que la temperatura global aumentará casi 3.5°C por encima de la temperatura promedio entre 1986 y 2005, independientemente de si los estándares de escape de la época del ex presidente Barack Obama entran en vigencia o se congelan durante seis años, como propuso la administración Trump.
El análisis supone un aumento de aproximadamente 4°C desde los niveles preindustriales, ya que la temperatura promedio global aumentó más de 0.5°C entre 1880 y 1986. Entonces, según el análisis, el mundo debe hacer recortes profundos en las emisiones de carbono para evitarlo.
Esto “requeriría aumentos sustanciales en la innovación y adopción de tecnología en comparación con los niveles actuales y que la economía y la flota de autos no usen combustibles fósiles, lo que actualmente no es tecnológica ni económicamente viable”.
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Líderes mundiales se han comprometido a evitar que el mundo se caliente más de 2°C y acordaron tratar de mantener el aumento de temperatura a 1.5°C. Lastimosamente, los recortes de emisiones prometidos en el Acuerdo de París no son suficientes. Los científicos predicen un aumento de 4°C para finales de siglo si los países no toman acciones significativas.
El presidente decidió retirar a Estados Unidos del acuerdo internacional y cree que el cambio climático es un engaño. Recientemente, la Casa Blanca ha desistido de varias reglas importantes destinadas a reducir las emisiones, lo que tiene la intención de ahorrarle cientos de millones de dólares a distintas empresas.
Este texto apareció originalmente en The Washington Post, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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