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La red eléctrica de Puerto Rico fue devastada por el huracán María, dejando a miles de personas sin electricidad durante casi un año. Ahora, la legislatura de la isla ve una oportunidad para repensar y reconstruir cómo Puerto Rico genera y distribuye la energía.
Se estima que una recuperación completa demorará hasta una década, pero una audiencia reciente podría establecer a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en un nuevo curso.
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La AEE tiene una deuda de $9 mil millones, que en última instancia pesa sobre la capacidad de la empresa de servicios públicos para manejar la respuesta a las tormentas. Una junta de supervisión federal durante el verano presionó a la AEE para que reescribiera su presupuesto y ahora revisará las finanzas de la isla.
El proyecto de ley en cuestión eliminaría el modelo de utilidad verticalmente integrado y crearía “un sistema robusto, accesible y eficiente” para que las empresas ofrezcan recursos, dijo el vicepresidente del Senado de Puerto Rico, Larry Seilhamer Rodríguez.
Una meta del 100% de energías renovables colocaría a Puerto Rico en el mismo curso que Hawái, aunque otros estados han estado considerando lo mismo, incluidos Massachusetts, Nueva York, Oregón, Washington, Pensilvania y California.
Un informe desarrollado por varios grupos de interés energético puertorriqueños y estadounidenses llamados “Queremos Sol“, describe cómo se podría lograr una red de todas las energías renovables. Se prevé un enfoque en el almacenamiento de energía solar, la eficiencia, las técnicas de gestión de la demanda y la integración de los recursos distribuidos.
Los grupos estiman que proporcionar al 75% de los hogares en Puerto Rico con un respaldo solar de 1.5 kW y un sistema de almacenamiento de baterías de 5.4 kWh para 2035 costaría entre $300 y $360 millones por año, incluida la mano de obra.
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Según el informe, la energía solar en las azoteas “reduce la necesidad de grandes inversiones en infraestructura de transmisión y evita las pérdidas de transmisión. También reduce los costos de mantenimiento de la red de transmisión y distribución y minimiza los impactos en los recursos naturales”.
También advirtieron que, si bien es posible que se requiera cierta inversión en infraestructura de gas, el impulso actual para desarrollar nuevas plantas de gas de gran tamaño “crea el riesgo de un exceso de construcción del sistema de generación centralizada y de cargar a Puerto Rico en el largo plazo con más recursos naturales que necesita, desplazando así las energías renovables”.
Este texto apareció originalmente en Utility Dive, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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