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Alcanzar un consenso en tres conceptos algo herméticos, ambición, financiación y diferenciación, es clave para que se logre cerrar un acuerdo en la cumbre del clima (COP24), donde se debe fijar la letra pequeña del Acuerdo de París.
Así, se prevé una duodécima y última jornada de negociaciones en Katowice (Polonia) para alcanzar un texto consensuado, si no se acaban prolongando las negociaciones.
La presidencia de la COP24 publicó un borrador de 144 páginas como documento conjunto de trabajo sobre el que se pueden realizar aún cambios notables.
La ambición puede que sea la causa de la última gran batalla entre quienes propugnan avanzar más resueltamente en la lucha contra el cambio climático y quienes van arrastrando los pies.
Un elemento de conflicto esencial en este ámbito es el reconocimiento final que se le va a dar al informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) que exige cambios “urgentes y sin precedentes” para contener a 1.5°C la temperatura.
“Aplaudir” el informe implicaría una acción climática decidida, como exigen los estados isla, los más vulnerables y la Unión Europea (UE), mientras que “tomar nota” del documento, como quiere EE. UU., Rusia y Arabia Saudita, no supone la adopción casi automática de sus recomendaciones.
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Otro elemento dentro del campo de la ambición es la poca atención que presta el borrador a los esfuerzos que deben hacer los países antes de 2020, cuando entre en vigor el Acuerdo de París, tanto en términos de planes de recorte de emisiones como de apoyo financiero a las economías en vías de desarrollo.
El texto “invita” que no “urge u obliga” a los países a actualizar para ese año sus Contribuciones Determinadas Nacionalmente (NDC), sus planes de reducción de su huella ecológica.
Asimismo es objeto de debate entre las delegaciones el grado de obligatoriedad y compromiso de las rondas periódicas que realizarán los países para seguir aumentando sus recortes de emisiones.
La financiación vuelve a ser también un problema en la COP24, con los países más vulnerables exigiendo que se mantenga “Pérdidas y daños” como sección aparte (con su correspondiente partida económica), tal y como sucedía en el Acuerdo de París, y no dentro de otra categoría, como en el actual borrador.
En general, la dotación de los fondos para los países en vías de desarrollo siguen siendo una brecha sin cerrar, con grandes dudas en torno al fondo verde y problemas con el fondo de adaptación al cambio climático y el de mitigación de sus consecuencias.
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La diferenciación sigue siendo un caballo de batalla de los emergentes, que exigen que contribuyan más a la lucha contra el cambio climático aquellos que tienen más capacidades económicas y tecnológicas y aquellos que históricamente han contaminado más.
No obstante, las tensiones podrían estar suavizándose en este asunto después de que China se haya mostrado abierta a un paquete de reglas “uniforme” para todos los países, algo a lo que antes se oponían.
Con las delegaciones guardando silencio tras la difusión del borrador, las ONG no han tardado en reaccionar ante el texto con un abanico de opiniones desde el optimismo cauto a la insatisfacción ante un acuerdo insuficiente para encarar el reto del cambio climático.
“Hemos visto avances en las últimas horas. Es importante que el informe del IPCC haya sido reconocido en el borrador del texto y que todas las piezas estén presentes para señalizar ambición”, aseguró en un comunicado Mark Lutes, jefe de la delegación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en la COP24.
No obstante, nada está seguro hasta que todo esté finalmente negociado, agregó Lutes: “Ahora tenemos que ver que el texto final exprese una clara indicación de que los países aumentarán sus objetivos para 2020”.
Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace International, consideró que el documento es “un punto de partida” pero en absoluto el texto definitivo necesario: “los pobres y vulnerables están exigiendo mucho más”.
“El texto incluye el informe del IPCC y reconoce que los NDC deben ser actualizados para 2020, pero no obliga a los países aquí y ahora a redoblar la acción. Necesitamos una señal más clara de ambición y exigir a los países que adopten una decisión en la COP24 que les fuerce a elevar sus NDC”, explicó.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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