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Entre los puntos de discusión de la COP24 estuvo la financiación climática, uno de los elementos imprescindibles para que los países en desarrollo puedan llevar a cabo acciones para reducir sus emisiones de dióxido de carbono y medidas de adaptación y mitigación del cambio climático.
“Los recursos financieros son clave para la adopción de medidas. Hay voces que quieren cuestionar que el desarrollo y el medio ambiente puedan ir de la mano”, dijo Carolina Schmidt, ministra chilena de Medio Ambiente, a DW. No obstante, “no existe desarrollo integral ni sustentable para nuestros países si no hay una base en el cuidado del ambiente y la acción climática”, consideró.
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En este sentido, anunció la firma de un nuevo acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) que va a permitir “el desarrollo de capacidades en nuestro país”.
Igualmente, “estamos trabajando en la ley marco de cambio climático, así como la estrategia a largo plazo de cambio climático, y CAF tiene proyectos que nos ayudan a cumplir estos objetivos”, puntualizó.
América Latina puede, al igual que otras regiones, beneficiarse de financiación específica en este ámbito. En el marco de la cumbre climática, el Banco Mundial comprometió $200.000 millones para financiamiento de la acción climática durante el período 2021-2025, lo que duplica la cifra del periodo anterior.
Igualmente, Alemania anunció que otorgará 1,500 millones de euros al Fondo Verde para el Clima en 2019 y el Fondo de Adaptación recibió un total de $129 millones.
Sin embargo, el acceso a dichos recursos es complejo.
“Nos toma bastante tiempo acceder al financiamiento. Miramos informes como el del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) y la urgencia con la que tenemos que actuar no está correspondiendo con el tiempo que este financiamiento está tomando en llegar”, comentó a DW la subsecretaria de Cambio Climático de Ecuador, Stephanie Ávalos.
Por este motivo, reclamó que “el Fondo de Adaptación sea un fondo que nos permita a todos acceder a un financiamiento para adaptación” y recordó que “se planteó la necesidad de contar con una oficina del Fondo Verde en la región” para “acceder de manera más eficiente y eficaz a los fondos”.
Frente a esta dificultad, en octubre se lanzó un Fondo Verde específico para Centroamérica, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y el Gobierno alemán, explicó Yamil Danel, viceministro de Ambiente de Panamá, en uno de los últimos eventos paralelos que se celebraron en el marco de la cumbre climática, organizado por el CAF.
“Estamos esperando arrancar el próximo año con proyectos de adaptación en Centro América y República Dominicana”, detalló.
Para llevar a cabo un seguimiento de la financiación internacional, uno de los artículos del denominado “paquete de Katowice para el clima” trata la “obligación de los países desarrollados a dar información indicativa de forma bienal sobre la futura provisión de fondos. Es una información muy útil porque ayuda a hacer un mejor ejercicio en la planificación de las contribuciones nacionales determinadas (NDC)”, dijo a DW el director de Cambio Climático de Uruguay, Ignacio Lorenzo.
“Hay transparencia, los países en desarrollo han conseguido sistemas de flexibilidades. Tenemos un sistema de elevar el nivel de ambición periódicamente y que está bien establecido. Los temas de financiación y tecnología son claros. Creo que es un acuerdo equilibrado y, sobretodo, hemos incorporado el informe del panel de expertos de cambio climático, las consecuencias del diálogo de Talanoa”, dijo satisfecho a DW el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete.
A pesar de ello han quedado aspectos en el tintero que tendrán que considerarse en la próxima cumbre climática, que se celebrará en Chile. Tras la renuncia de Brasil por decisión del nuevo presidente brasileño, Jair Bolsonaro, el evento internacional se quedará en América Latina y contará con la colaboración de Costa Rica, donde se llevará a cabo un encuentro previo preparatorio a la COP25.
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“Estos formatos cooperativos a nivel global se manifiestan a escala regional para un desafío tan grande como organizar una conferencia de las partes de este tamaño”, indicó a DW la ministra para la Transición Ecológica de España, Teresa Ribera.
“Es un evento mundial de la más alta responsabilidad. Organizar así, en pocos meses, es un desafío muy grande”, reconoció la ministra chilena. “Queremos que sea un foco de atracción de proyectos de desarrollo para la región en energías renovables, electromovilidad y economía circular. Es lo que nos va a permitir dar un salto para llegar al desarrollo sustentable de nuestro país”, agregó.
Este texto fue escrito por DW y apareció en Forbes México, puedes encontrar el original aquí.
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