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La crisis climática es una amenaza para las especies de animales, y las extinciones pueden impactar en la salud de los ecosistemas. Un equipo internacional de científicos, con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha evaluado más de 10,000 artículos científicos que relacionan los cambios en el clima de los últimos años con las posibles variaciones en los rasgos fenológicos (cambios en los ciclos biológicos) y morfológicos de las especies.
El trabajo, que se publicó en la revista Nature Communications, indica que la adaptación de los animales la crisis climática no se da en muchos casos y que los cambios son generalmente insuficientes para hacer frente al vertiginoso ritmo de aumento de las temperaturas.
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“Existe una selección consistente hacia una reproducción más temprana, lo que no supone una ventaja adaptativa”, comentan autores del estudio.
En la fauna, la respuesta más común a la crisis climática es un cambio fenológico en eventos biológicos como la hibernación, la reproducción o las migraciones. Las alteraciones en el tamaño, la masa corporal y en otros rasgos morfológicos también se han asociado generalmente a la crisis climática. No obstante, como confirma ahora este estudio, no muestran un patrón sistemático.
Tras revisar la literatura científica existente, los investigadores comprobaron si los cambios en los rasgos observados estaban asociados a una mayor supervivencia o a un aumento en el número de la descendencia. Una combinación de técnicas de meta análisis y análisis de selección sobre rasgos del fenotipo mostró que existe una selección consistente hacia una reproducción más temprana, lo que no supone una ventaja adaptativa, recalcan los autores.
“Demostramos que, en las regiones templadas, las temperaturas en aumento están asociadas a variaciones en la cronología de los eventos biológicos. En concreto, estos eventos se adelantan en el tiempo”, comenta Viktoriia Radchuk, de Leibniz Institute for Zoo and Wildlife Research y coautora del estudio.
“Nuestro trabajo se ha centrado en las aves porque los datos en otros grupos eran escasos. Demostramos que, en las regiones templadas, las temperaturas en aumento están asociadas a variaciones en la cronología de los eventos biológicos. En concreto, estos eventos se adelantan en el tiempo”, indica Radchuk.
“La existencia de una respuesta adaptativa incompleta como la detectada sugiere que el cambio global estaría amenazando seriamente la persistencia de las especies” comenta Jesús Miguel Avilés de la Estación Experimental de Zonas Áridas y coautor del estudio.
Más preocupante aún es el hecho de que los datos analizados incluyan especies de aves abundantes y comunes como el carbonero común (Parus major), el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y la urraca común (Pica pica), que hasta ahora se creía que respondían relativamente bien al cambio climático.
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“Una aplicación práctica que se deriva de este estudio es la necesidad de llevar a cabo análisis de selección de este tipo para identificar el riesgo real de extinción de las especies”, agrega Avilés.
Faltaría analizar, por tanto, las respuestas adaptativas que realizan especies raras o amenazadas porque es probable que estas sean todavía más limitadas y que la persistencia de sus poblaciones resulte afectada.
Los científicos esperan que sus resultados y la compilación de los datos sirvan para impulsar estudios que profundicen en la resiliencia de las poblaciones de animales ante el cambio global y contribuyan a mejorar las predicciones. De este modo, se podrá orientar las futuras acciones sobre conservación de la fauna.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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