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Los investigadores de la Universidad McGill calculan que un aumento de la exposición conducen a un caso de cada 100,000 personas expuestas.
Una nueva investigación ha relacionado las nanopartículas de contaminación del aire con el cáncer cerebral por primera vez. Las partículas ultrafinas (UFP) se producen al quemar combustible, particularmente en vehículos diésel, y las exposiciones más altas aumentan significativamente las posibilidades de las personas de contraer el cáncer mortal.
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Trabajos anteriores han demostrado que las nanopartículas pueden ingresar al cerebro y que pueden transportar sustancias químicas cancerígenas. Los cánceres cerebrales son poco frecuentes, y los científicos han calculado que un aumento en la exposición a la contaminación equivalente a moverse de una calle tranquila a una concurrida conduce a una ratio de un cáncer cerebral por cada 100,000 personas expuestas.
Las partículas ultrafinas (UFP) se producen al quemar combustible, particularmente en vehículos diésel.
“Los riesgos ambientales como la contaminación del aire no son de gran magnitud; su importancia se debe a que todos en la población están expuestos”, dijo Scott Weichenthal, de la Universidad McGill, autor principal del estudio que se publicó a principios de noviembre en la revista Journal of Epidemiology.
“Entonces, cuando multiplica estos pequeños riesgos por muchas personas, de repente puede haber muchos casos. En una ciudad grande, podría ser un número significativo, particularmente dado el hecho de que estos tumores a menudo son fatales”, añade el investigador en declaraciones a The Guardian.
Se analizaron registros médicos y la exposición a la contaminación de 1.9 millones de canadienses entre 1991 y 2016. Trabajos tan grandes proporcionan evidencia sólida, aunque no un vínculo causal.
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Weichenthal dijo que la correlación observada entre el cáncer cerebral y las nanopartículas fue “sorprendentemente consistente”, pero como este es el primer estudio, es importante que otros investigadores la repitan.
El descubrimiento de abundantes nanopartículas tóxicas de la contaminación del aire en los cerebros humanos se realizó en 2016. Una revisión global exhaustiva a principios de 2019 concluyó que la contaminación del aire puede estar dañando todos los órganos y prácticamente todas las células del cuerpo humano.
El aire tóxico se ha relacionado con otros efectos en el cerebro, incluidas grandes reducciones en la inteligencia, la demencia y los problemas de salud mental tanto en adultos como en niños. La Organización Mundial de la Salud dice que la contaminación del aire es una “emergencia silenciosa de salud pública”.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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