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Habrá un antes y un después de los efectos de la borrasca Gloria en las playas del litoral de Catalunya.
“En el ámbito del área metropolitana de Barcelona, el temporal se ha cebado especialmente con el frente marítimo de la ciudad”, alertó ayer en referencia a la capital catalana el teniente de alcalde de Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle.
Las playas fueron las principales damnificadas de la tempestad. “Los costos para restablecer la normalidad serán elevados”, asumió Batlle.
El Área Metropolitana recuerda que hace años que las playas están perdiendo arena.
El jefe de playas del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Dani Palacios, aseguró que el litoral barcelonés padece las “peores afectaciones en 30 años”. El AMB cifró los daños materiales en un valor de, como mínimo, 250,000 euros, sin contar las actuaciones en los paseos o las instalaciones de luz. Palacios reconoció que de cara al próximo verano las playas no estarán en las mismas condiciones que el año pasado y que algunas sólo se podrán recuperar parcialmente.
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“Siempre hay una cierta recuperación parcial después de los temporales, pero no volverá a ser como estaba porque ahora mismo la naturaleza no tiene capacidad para hacerlo”, subrayó. Con todo, el jefe de playas del AMB remarcó que tendrán una anchura suficiente para que las personas puedan tomar sus baños.
Aunque todas sufrieron daños, Llevant, la Nova Mar Bella y la Mar Bella fueron las playas más perjudicadas en Barcelona, y las de Castelldefels, Viladecans y El Prat de Llobregat, las más damnificadas en su área metropolitana. En esta última localidad, la playa de Can Camins desapareció completamente.
Por otro lado, se partió en dos el Pont del Petroli, uno de los símbolos de la ciudad de Badalona. El último tramo que conecta con la plataforma, de unos quince metros, se cayó al mar, informó el Ayuntamiento de esta ciudad.
Se batieron récords de velocidad de viento y altura de las olas, por lo que el oleaje alcanzó los paseos marítimos de diversas ciudades y ocasionó múltiples desperfectos. El dique del Port Fórum se rompió. En algunos puntos se perdieron más de dos metros de arena. En este sentido, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia, mostró ayer la esperanza de que los diques hayan retenido gran parte de la arena para que sea posible el retorno de esta.
El AMB recordó que desde hace años las playas metropolitanas están en recesión. Entre el 2014 y el 2017, se perdieron casi medio millón de metros cúbicos de arena, algo que convierte a las playas en más débiles ante los temporales. Además, Gloria llegó cuando los enclaves se encontraban todavía débiles después de los temporales del mes de diciembre. En referencia a la emergencia climática, Palacios alertó que desde hace tres años las inclemencias que afectan a la costa barcelonesa son más intensas. De hecho, parte de los equipamientos de las playas ahora se retira durante el invierno.
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En Vilanova también quedaron destrozadas terrazas de restaurantes y cedieron multitud de árboles. Además, la flota de uno de los puertos pesqueros más importantes de Catalunya hace ya dos jornadas que no puede salir al mar. En Cubelles, además de comerse la playa, la fuerza del mar cubrió de piedras y arena el paseo marítimo.
La Costa Daurada también quedó gravemente afectada, con prácticamente todas sus playas inundadas e importantes problemas en los paseos marítimos. En la ciudad de Tarragona se produjo una gran reducción de arena y se dejaron ver sedimentos y suciedad en primera línea de costa.
Por otro lado, en la zona de Girona se volvieron a ver zonas próximas al litoral inundadas de espuma. Una imagen curiosa que se pudo observar en el Club Nàutic d’Aro y localidades como Llançà, Tossa de Mar y Banyuls. Como en el resto del litoral catalán, algunas de las playas de la Costa Brava, como la de Platja d’Aro, prácticamente desaparecieron engullidas por el nivel del mar.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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