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La localidad de Fort Lauderdale, en Florida, ha sufrido en los últimos meses vertidos de aguas residuales de más de 800.9 millones de litros (211.6 millones de galones), según dijeron las autoridades el domingo.
Ese volumen permitiría llenar 320 piscinas olímpicas, según el Sun-Sentinel.
El envejecido sistema de alcantarillado de la ciudad se rompió seis veces en diciembre y vertió 126.9 millones de galones de aguas residuales, uno de los peores derrames jamás registrados en el Sur de Florida. Los derrames contaminaron el río Tarpon, el canal Himmarshee y calles en tres vecindarios.
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Además, entre el 30 de enero y el 8 de febrero otros 79.3 millones de galones se vertieron al Lago George English, según el Departamento estatal de Protección Ambiental. Y otros 5.4 millones de galones inundaron después las calles cerca de un parque situado ante un popular centro comercial.
En las últimas semanas, los equipos de reparación tuvieron que acudir de urgencia por una serie de roturas de cañerías, obligando a la ciudad a advertir a la gente que hirviera el agua del grifo antes de beber, lavarse los dientes o fregar los platos.
Este texto apareció originalmente en AP, puedes ver el original aquí.
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