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La producción de té es una industria clave en Kenia, que ofrece empleo a millones de personas. ¿Pueden los residuos de caña de azúcar hacer que la producción de té sea más respetuosa con el medio ambiente?
El proyecto investiga la sostenibilidad de la producción y el uso de la bioenergía utilizando los indicadores desarrollados por la Asociación Mundial de Bioenergía.
Este cuenta con el apoyo de $1,043,407 del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza, Construcción y Seguridad Nuclear (BMUB, por sus siglas en alemán) de la República Federal de Alemania a través de su Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI)
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El proyecto fue llevado a cabo por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo en cooperación con el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Recursos Naturales de Kenia, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Instituto de Investigación Forestal de Kenia, la Universidad de Strathmore y el Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF)
De parte de Etiopía, el proyecto fue coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ejecutado por la Comisión de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático (EFCCC), el Instituto Etíope de Medio Ambiente e Investigación Forestal (EEFRI) y el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático (MEFCC)
Duración del proyecto: de abril de 2015 a diciembre de 2019.
Alcance del proyecto: el proyecto se ha llevado a cabo en Kenia y Etiopía.
Los vibrantes y verdes campos de té de Kenia proporcionan empleo e ingresos a millones de personas del país. Kenia es uno de los principales productores de té de África y actualmente está tratando de que la industria sea más respetuosa con el medio ambiente.
Tradicionalmente, se empleaba leña en el proceso de producción. Para reducir la deforestación, el país está buscando alternativas sostenibles. Más de 600,000 pequeños cultivadores de té trabajan en la Agencia de Desarrollo del Té de Kenia (KTDA).
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Algunos de estos productores están explorando el uso de briquetas, conglomerados hechos con los residuos de la caña de azúcar, para obtener bioenergía.
En Kenia, se cultiva caña de azúcar en grandes cantidades. A menudo se dejan pudrir los residuos, liberando dióxido de carbono a la atmósfera. Las briquetas son más fáciles de transportar y producen más energía por unidad que la madera. La conversión de los desechos de la producción de caña de azúcar en bioenergía no solo podría reducir el impacto ambiental de la industria, sino que también aportaría beneficios económicos.
Este texto apareció originalmente en DW, puedes ver el original aquí.
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