Suscríbete
Autoridades indican que los traficantes aprovechan la época de reproducción de este tipo de aves para robarlos de los nidos y venderlos.
Vecinos de Los Amates, Izabal, localizaron una caja con 18 loros muertos, la cual aparentemente era trasladada por traficantes que la dejaron tirada.
El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) informó que se investiga el hecho, y que la especie conocida como “loro cachete amarillo” es una de las amenazadas por traficantes en el área.
Luego del hallazgo, personal del Ministerio Público (MP), Conap y de la División de Protección a la Naturaleza de la Policía Nacional Civil recabaron evidencias y constataron que los loros eran trasladados de forma ilícita en un vehículo, del cual cayeron y murieron.
Tannia Sandoval, analista de la Unidad de Vida Silvestre del Conap, explicó que los loros (amazona autumnalis) “eran aún pichones” y añadió que su especie se encuentra amenazada en categoría tres, en el apéndice de especies en peligro de extinción.
Te recomendamos: A pesar de la crisis de salud, continúa el tráfico de especies salvajes
Sandoval agregó que las aves fueron saqueadas de sus nidos para comercializarlos en los mercados y que al momento del peritaje se constató que la causa de muerte fue por asfixia.
Según el Conap, entre febrero a mayo se da la reproducción de “psitácidas”, llamados comúnmente loros o pericos. Es en esos meses cuando los predadores saquean los nidos y provocan la destrucción de los hábitat.
Siendo 18 pichones de la especie de Loro Cachetes Amarillos (Amazona autumnalis), están en LEA Categoría 3, de acuerdo a los indicios fueron extraídos de sus nidos para luego comercializarlos de forma ilegal, se determinó que las especies silvestres fallecieron por asfixia. pic.twitter.com/j8sOjrlGNM
— CONAP (@CONAPgt) May 12, 2020
Luego, surge el tráfico y venta ilegal de estas especies, todas amenazadas debido a que son consideradas mascotas, donde ocho de cada 10 aves mueren cuando son trasladados.
La analista del Conap indicó que las leyes guatemaltecas castigan con prisión de entre cinco y 10 años, y multas de Q10 mil a 20 mil, a quienes transporten, intercambien, comercialicen, o exporten ilegalmente ejemplares vivos o muertos, partes o derivados de productos de flora y fauna silvestre amenazados de extinción.
Este texto apareció originalmente en Prensa Libre, puedes ver el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana