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El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha declarado en estado de calamidad toda la isla de Luzón, azotada por el paso de tres tifones en menos de un mes, mientras estudia declarar emergencia nacional por cambio climático en uno de los países más vulnerables a desastres naturales del mundo.
El embate consecutivo de los tifones Molave, Goni -el mayor ciclón de la temporada en el mundo- y Vamco ha causado en Filipinas al menos 150 víctimas y daños millonarios, una amenaza creciente en el país, que todavía puede recibir el impacto de otras cuatro tormentas este año.
“Firmé la proclamación anoche”, confirmó el mandatario la noche del martes durante un discurso televisado junto con otros miembros de su gabinete para abordar la respuesta ante esa serie de desastres naturales, cada vez más frecuentes en Filipinas.
La declaración de calamidad permite a los gobiernos locales acceder a fondos de respuesta rápida durante situaciones de emergencia, una necesidad acuciante para atender a los 3 millones de personas desplazadas por estos ciclones, en particular por las graves inundaciones que desató Vamco la semana pasada.
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Ante la situación crítica que atraviesa la mayor isla del país -donde viven unos 58 millones de personas-, el portavoz presidencial, Harry Roque, adelantó que Duterte podría firmar pronto la declaración de emergencia nacional por cambio climático, un reclamo de organizaciones medioambientales y grupos de la sociedad civil.
“El cambio climático es una de las prioridades del presidente Duterte y más después de las devastadoras inundaciones que han sufrido tantos filipinos”, indicó Roque, que recordó que el mandatario dedicó al asunto gran parte de sus recientes discursos ante la Asamblea General de la ONU y la ASEAN.
En su intervención online ante la ASEAN la semana pasada, Duterte insistió en el principio de “justicia climática” y exigió responsabilidades a las naciones que más contribuyen a la emisión de gases invernadero, unas palabras que recibieron el apoyo de Greenpeace.
“La industria de los combustibles fósiles está compuesta por las empresas más grandes y ricas del mundo, que obtienen ganancias por billones de dólares, mientras que las comunidades más pobres y vulnerables se recuperan de las calamidades causadas por tifones cada vez más fuertes“, señaló la directora de Greenpeace en Filipinas, Lea Guerrero.
El tifón Vamco causó la semana pasada en gran parte de la isla de Luzón las peores inundaciones en medio siglo, que han dejado 73 muertos y 19 desaparecidos, y daños valorados en 165 millones de dólares.
En el último mes, Filipinas ha recibido además el embate de los tifones Goni -con más de 30 muertos y desaparecidos- y Molave (26 víctimas), con pérdidas acumuladas en agricultura e infraestructuras de unos 220 millones de dólares.
Vamco atravesó el pasado 12 de noviembre de este a oeste el centro de la isla de Luzón, incluido Manila, donde causó las peores inundaciones de la historia en la capital y miles de personas tuvieron que refugiarse del lodo y los escombros en los tejados de sus casas.
En Marikina, distrito del este de la capital, miles de familias fueron evacuadas porque el agua sumergió unas 40.000 viviendas al alcanzar el río Marikina los 22 metros, superando la marca de 21.5 del tifón Ketsana en 2009, uno de los más devastadores de los últimos años, que dejó 464 muertos en todo el país.
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La tragedia se agravó dos días después del paso del tifón, cuando las inundaciones se extendieron al extremo norte de Luzón al desbordarse varias presas y ríos en las provincias de Cagayan e Isabela, donde ya no esperaban el impacto de Vamco.
Duterte, que acudió el fin de semana a la zona para atestiguar el desastre, ordenó un mayor control de las actividades de minería ilegal, muy comunes en el empobrecido norte del país, que podrían haber facilitado los desprendimientos de tierra que sepultaron a decenas de personas. Por su parte, el Congreso de Filipinas anunció que va a abrir una investigación sobre las causas de las fuertes inundaciones para averiguar si hubo negligencias por parte de autoridades locales y regionales a la hora de alertar a la población sobre los riesgos.
Tras acoger 21 ciclones en lo que va de año, la agencia nacional de meteorología, Pagasa, alertó de que Filipinas todavía podría sufrir el paso de otros cuatro antes de fin de 2020, un año especialmente vulnerable a las tormentas por el impacto del fenómeno conocido como La Niña.
Además Filipinas se asienta sobre el llamado ‘Anillo de Fuego del Pacífico’, una zona que acumula alrededor del 90 % de la actividad sísmica y volcánica del mundo, y que es sacudida por unos 7,000 temblores al año, la mayoría moderados.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes ver el original aquí.
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