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El segundo Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se celebrará con el tema “Aire saludable, planeta saludable”.
El día internacional, que se conmemora cada 7 de septiembre, fue establecido en 2019 por una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que se invitó al PNUMA a facilitar este evento en el futuro. La primera edición se celebró en 2020 con el tema “Aire limpio para todos”.
El Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul busca crear conciencia y facilitar la acción en favor de una mejor calidad del aire.
“La contaminación del aire es un problema mundial con impactos en la salud humana, la salud planetaria y el cambio climático”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA. “Debemos asegurarnos de que todas las personas tengan acceso a un aire limpio, independientemente de su situación geográfica o socioeconómica. Para hacer eso, el mundo necesitará tomar medidas decisivas y urgentes”, añadió Andersen.
La contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud pública mundial y se estima que 92% de la población está expuesto al aire contaminado, lo que causa aproximadamente siete millones de muertes prematuras cada año. El aire contaminado afecta particularmente a los niños, las mujeres y los ancianos, y sus efectos han sido vinculados con enfermedades como la demencia, la diabetes, la COVID-19, y las enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
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Los países desarrollados han mejorado enormemente la calidad del aire en los últimos años, pero muchos países en desarrollo, que todavía dependen de la madera y otros combustibles sólidos para cocinar y calentar, se están quedando atrás. El resultado es que muchas personas vulnerables y marginadas sufren por una peor calidad del aire.
El tema pasó a primer plano durante la pandemia de COVID-19 cuando se encontraron datos que sugieren que la contaminación del aire podría poner a las personas en mayor riesgo de infección. A su vez, la pandemia resultó en una disminución de la contaminación del aire y un aumento en la calidad del aire, ya que los viajes en avión y en automóvil se redujeron durante los confinamientos y bloqueos internacionales.
“A medida que el mundo comienza a reactivarse, tenemos la oportunidad de sentar las bases de una recuperación sostenible e inclusiva para asegurarnos de no perder el progreso ambiental que hemos logrado”, dijo Andersen.
Este texto apareció originalmente en Unep, puedes ver el original aquí.
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