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Durante casi cien años, la agricultura convencional ha estado utilizando fertilizantes y pesticidas industriales para mejorar la producción y el crecimiento de los cultivos. Ahora entendemos que el uso excesivo de fertilizantes químicos es terrible para el planeta. Los fertilizantes dejan el suelo, el agua, el aire y los alimentos contaminados con toxinas dañinas. Provocan emisiones de gases de efecto invernadero y eutrofización de lagos y océanos.
Las macroalgas (o algas marinas), por su parte, poseen compuestos biológicamente activos, que también influyen positivamente en el desarrollo de las plantas y la fertilidad del suelo. De hecho, la investigación está descubriendo que muchas de las preocupaciones planteadas sobre el uso de fertilizantes pueden responderse con alternativas de algas marinas. Desarrollar estos productos a escala comercial podría ofrecer una oportunidad real para los sistemas alimentarios y la lucha contra el cambio climático.
La vegetación marina cubre menos del 2% de la superficie del mar pero puede secuestrar hasta el 70% del CO2 del mundo. La agricultura terrestre genera miles de millones de toneladas de productos, superando con creces a la acuicultura, y el potencial de nuestros océanos permanece en gran medida sin explotar.
Hay más de 9,000 especies de algas marinas, divididas en tres tipos principales: marrón, rojo y verde. El quelpo es el más común y crece en enormes bosques submarinos que se extienden por las vastas costas de la mayoría de los continentes. Los bosques de algas regulan eficazmente el cambio climático, creciendo hasta 60 cm por día y secuestrando 10 veces más dióxido de carbono que los árboles o plantas terrestres.
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Las algas marinas ayudan a mejorar la biodiversidad marina, la calidad del agua, reducen la acidificación de los océanos y mejoran los medios de vida de las comunidades costeras. Desafortunadamente, el método actual para cultivar algas marinas requiere mucha mano de obra, es costoso y se recolecta principalmente en la naturaleza en pequeñas cantidades. Si se encuentran soluciones para cultivar y procesar a escala, las algas marinas podrían ofrecer al mundo un recurso renovable que podría cambiar enormemente la faz de la agricultura terrestre mientras lucha contra el cambio climático.
Las soluciones basadas en algas marinas ofrecen a los agricultores una alternativa basada en la naturaleza a los métodos intensivos en químicos de hoy. Las algas marinas pueden producir una amplia variedad de productos para la agricultura y la horticultura. Sin efectos secundarios dañinos, sus usos prácticos incluyen ser un biofertilizante, bioestimulante y producto fitosanitario.
Estas son algunas de las formas en que las algas marinas benefician a la agricultura:
– Las algas marinas son ricas en minerales y nutrientes, promueven una mayor germinación de semillas y protección de las plantas.
– Se descompone más rápido que otros tipos de abono orgánico, es un gran compost lleno de minerales y enzimas que mejora la estructura y calidad del suelo.
– Como bioestimulante, mejora la fuerza de las raíces, el rendimiento de los cultivos y la retención de agua.
– Tiene un impacto positivo en los resultados de estrés abiótico y biótico, minimiza las pérdidas agrícolas y es particularmente útil en climas áridos y desérticos.
– Si se mezcla con alimentos para animales, reduce las emisiones de metano del ganado y proporciona a los animales microminerales saludables.
– Permite a los agricultores cambiar de fertilizantes químicos peligrosos a métodos de agricultura orgánica.
Las macroalgas contienen diversidad de macro y micronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, etc.) y cantidades importantes de vitaminas que ayudan al desarrollo de las plantas. Los ficocoloides (un tipo de goma de algas marinas) y las enzimas afectan las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Esto mejora la germinación de semillas, el establecimiento de plantas, la retención de agua y la aireación del suelo.
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Mientras tanto, las algas pardas son increíbles bioestimulantes. Mejoran la salud natural de las plantas, potenciando su tolerancia abiótica y su resistencia a plagas y enfermedades.
Las algas marinas son productos que contienen hormonas con cantidades identificables de sustancias activas para el crecimiento de las plantas. Los bioestimulantes a base de algas marinas pueden acelerar y perfeccionar los procesos naturales de las plantas, ayudándolas a absorber nutrientes a nivel molecular, lo que aumenta el crecimiento. Esto ayuda a las plantas a crecer, mejora sus defensas naturales y los niveles de resistencia al estrés.
Si bien los bioestimulantes de algas marinas son razonablemente fáciles de producir, su comercialización es un desafío debido a las complejas regulaciones y la falta de estándares ampliamente aceptados. Del mismo modo, hay pocos datos empíricos disponibles para comparar efectivamente el impacto positivo del carbono de la cadena de suministro de algas marinas con sus contrapartes industriales.
El potencial de las algas marinas para ofrecer soluciones a la crisis climática y la carga de alimentar a la población mundial merece una mayor investigación. Los científicos están trabajando arduamente para comprender mejor el valor de las algas marinas como recurso biológico. A medida que la agricultura se desplaza hacia la acuicultura marina marina responsable a gran escala, las algas marinas pueden ofrecer soluciones transformadoras para la industria.
Este texto apareció originalmente en WeForum, puedes ver el original en inglés aquí.
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