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Un análisis de la ONU ha identificado algunas conclusiones positivas del informe del IPCC sobre mitigación, que esperamos reduzcan los sentimientos de ansiedad climática.
Según el informe, los costos unitarios de varias tecnologías de bajas emisiones han caído continuamente desde 2010.
El costo de “tecnologías clave como la energía solar, eólica y los vehículos eléctricos se ha reducido considerablemente. Esto nos puede ayudar a reducir mucho las emisiones. Existen opciones en todos los sectores para reducir las emisiones a la mitad para 2030”, explica el autor Masahiro Sugiyama.
Para ser más exactos, de 2010 a 2019, los costes de la energía solar han disminuido un 85%, la energía eólica un 55% y las baterías de iones de litio un 85%.
Los paquetes de políticas de innovación han permitido estas reducciones de costos y respaldado la adopción global.
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Los científicos argumentan que tanto las políticas integrales como las personalizadas que abordan los sistemas de innovación han ayudado a superar los impactos distributivos, ambientales y sociales potencialmente asociados con la difusión global de tecnologías de bajas emisiones.
Los autores expertos del informe dicen, con gran confianza, que ha habido una expansión “consistente” de políticas y leyes que abordan la mitigación climática desde que el IPCC publicó su Quinto Informe de Evaluación en 2014.
“Esto ha llevado a evitar emisiones que de otro modo se habrían producido y a aumentar la inversión en tecnologías e infraestructuras (bajas en carbono)”, dice el informe.
Para 2020, más del 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero estaban cubiertas por impuestos al carbono o sistemas de comercio de emisiones, aunque la cobertura y los precios han sido insuficientes para lograr reducciones profundas.
Además, para 2020, había leyes climáticas “directas” centradas principalmente en reducciones en 56 países que cubrían el 53% de las emisiones globales.
En muchos países, las políticas han mejorado la eficiencia energética, reducido las tasas de deforestación y acelerado el despliegue de tecnología, lo que ha llevado a evitar, y en algunos casos reducir o eliminar, las emisiones.
Sin embargo, advierten, la cobertura de las políticas de emisiones y finanzas sigue siendo desigual en todos los sectores.
Los científicos también destacan cómo el Protocolo de Kioto, que en 1997 comprometió a los países y economías industrializados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ha llevado a reducir las emisiones en algunos países y ha sido fundamental en la creación de capacidad nacional e internacional para informar y contabilizar las emisiones.
Del mismo modo, el Acuerdo de París de 2015, con una participación casi universal, ha llevado al desarrollo de políticas y al establecimiento de objetivos a nivel nacional y subnacional, en particular en relación con la mitigación, así como una mayor transparencia de la acción y el apoyo climáticos.
Los expertos dicen que las emisiones netas de carbono cero del sector industrial, aunque desafiantes a una escala significativa, todavía son posibles.
“La reducción de las emisiones de la industria implicará una acción coordinada a lo largo de las cadenas de valor para promover todas las opciones de mitigación, incluida la gestión de la demanda, la eficiencia energética y de los materiales, los flujos circulares de materiales, así como las tecnologías de reducción y los cambios transformadores en los procesos de producción”, explica el informe.
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Para avanzar hacia el cero neto, las industrias pueden aprovechar los nuevos procesos de producción utilizando energías renovables, hidrógeno verde, biocombustibles y control de la gestión del carbono.
El informe subraya que las áreas urbanas brindan oportunidades clave para la mitigación del cambio climático.
“Todas las ciudades pueden contribuir a un futuro neto cero mediante la integración de sectores, estrategias e innovaciones, ya sean ciudades establecidas, en crecimiento o emergentes. La forma en que se siguen planificando las áreas urbanas, sus interacciones con el sistema energético y las demandas de materiales, determinan múltiples oportunidades con beneficios para las personas y el planeta”, explica el experto Siir Kilkis.
Algunas medidas urbanas efectivas incluyen más áreas transitables y una mayor penetración de energía renovable.
“Todo esto es posible mientras las ciudades mejoran la calidad del aire, aumentan las oportunidades laborales, amplían la infraestructura verde y azul urbana y brindan otros beneficios colaterales para el desarrollo sostenible en todo el mundo, así como la adaptación climática”, agrega el autor del IPCC.
Los esfuerzos de mitigación en las ciudades deben concentrarse en:
Otro punto de actuación tiene que ver con el sector de la edificación. En algunos escenarios globales, se prevé que los edificios existentes, si se modernizan, y los edificios que aún no se construyen, se acerquen a las emisiones netas de gases de efecto invernadero cero en 2050, si los paquetes de políticas, que combinan medidas ambiciosas de suficiencia, eficiencia y energía renovable, se implementan de manera efectiva y se eliminan las barreras a la descarbonización.
Los autores del IPCC reconocen en su evaluación que muchos ciudadanos de todo el mundo se preocupan por la naturaleza y la protección del medio ambiente y están motivados para participar en la acción climática.
“Sin embargo, pueden enfrentar barreras para actuar, que pueden eliminarse mediante acciones, por ejemplo, de la industria, las empresas y los gobiernos”, explica la autora Linda Steg.
Agrega que muchos gobiernos actualmente están luchando con la cuestión de si la gente realmente apoyará algunos cambios radicales.
“Este informe de evaluación muestra que la aceptabilidad pública es mayor cuando los costos y los beneficios se distribuyen de manera justa y cuando se han seguido procedimientos de decisión justos y transparentes”, destaca la experta.
Este texto apareció originalmente en UN News, puedes ver el original en inglés aquí.
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