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Desde hace nueve años, la red juvenil conocida como Juventud Mexicana Frente al Cambio Climático, realiza un conjunto de acciones: científicas, artísticas, ambientales y de comunicación frente al cambio climático. Las cuales buscan contribuir de forma directa a las leyes ambientales de México y al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
En el año 2009, durante el primer Congreso Juvenil sobre Cambio Climático, un grupo de jóvenes de varios estados (Morelos, Veracruz, Puebla, Chihuahua y Ciudad de México) decidieron seguir reforzando las actividades del congreso y formaron voluntariamente, un 28 de febrero, la plataforma Juventud Mexicana Frente al Cambio Climático.
Jóvenes de entre 17-30 años forman parte de la red, hay unos 15 miembros activos y cerca de treinta voluntarios con diferentes conocimientos: ciencias ambientales, antropología, comunicación, economía, biología, psicología, informática, derecho internacional y sociología.
Y todos con un mismo fin: “sumar voluntades por un país más próspero, enfocando sus esfuerzos en temas ambientales”; porque el cambio climático es un reto ambiental que enfrenta la humanidad y que ya afecta nuestro estilo de vida.
Con la ayuda de aliados estratégicos (Peace Child International Hawaii y TUNZA de ONU Medio Ambiente) y apoyo económico por parte de autoridades gubernamentales como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, la red ha logrado cambios fuertes y efectivos.
Juventud Mexicana Frente al Cambio Climático continúa con la campaña nacional y estatal llamada: “Los niños y los jóvenes frente al cambio climático”. Está dirigida para niños y jóvenes entre 3-29 años. Se enfoca en cuatro temas: cambio climático, recursos hídricos, residuos sólidos y conocimiento y conservación de la biodiversidad.
Está dividida en dos fases, la primera de capacitación y la segunda fase de “manos a la obra”. Establece que todos los centros educativos a los cuales impactará la campaña generen acciones por parte de los participantes con proyectos de: acopio de pilas, plantación, reforestación, jornadas de limpieza, clasificación de residuos sólidos en orgánico e inorgánico y clasificación en cinco y las artes frente al cambio climático.
La última consta de exposiciones fotográficas, teatro, canciones y cine. En los nueve años de campaña se han realizado 59 actividades registradas, abarcando 23 municipios del Estado de Morelos y extendiéndose a los estados de San Luis Potosí, Aguascalientes, Colima, Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Chiapas y Veracruz.
Las reuniones de jóvenes ambientalistas (Reunión Morelense de Jóvenes Ambientalistas o RMJA) son espacios de intercambio de experiencias, presentación de proyectos ambientales (250) e incidencia en leyes ambientales estatales y nacionales desde la perspectiva del sector juvenil (participación de 500 jóvenes).
El proyecto “Día de Café Verde” es una estrategia de capacitación en donde se discuten diferentes temas de sustentabilidad desde un enfoque juvenil e informal, el formato permite la participación abierta de jóvenes entre 12 y 29 años, sin importar su formación y en donde el café se nutre con una charla de un especialista en el tema.
Los Café Verdes han permitido dar seguimiento a los acuerdos de intervención escolares de la campaña: “Los niños y los jóvenes frente al cambio climático”. Los Cafés verdes se realizan dos miércoles por mes en diferentes sedes en Morelos.
Se han abarcado como: economía verde, modelos climáticos, la cosmovisión de la cultura totonaca y su relación con la naturaleza, el papel de la educación ambiental para transitar al desarrollo sostenible, Áreas Naturales Protegidas Federales y Estatales, y sitios RAMSAR (Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas).
Uno de sus mayores logros en tema de gobernanza ambiental, se encuentra la creación del Plan de Acción Ambiental Juvenil de Morelos (PAAJM), que se convirtió en un insumo en la Ley de las Personas Adolescentes y Jóvenes del Estado de Morelos. Entrando en vigor en el 2015, reconoce en su artículo 30, el derecho a un ambiente sano y el fomento de la participación juvenil para el desarrollo sustentable del estado.
Actualmente la red juvenil desarrolla el Proyecto de Capacitación Protocolo de Nagoya en comunidades indígenas de la región Oriente de Morelos. El cual tiene el objetivo de “crear o fortalecer los Protocolos Comunitarios para la obtención de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos y el conocimiento tradicional en forma justa y equitativa, evitando la biopiratería y de manera especial el atropello de los Derechos de los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales sobre sus territorios y los recursos naturales que salvaguardan”.
Todos podríamos ser como Domit, un niño de 11 años que cree que un ecosistema ideal consta de apenas unos elementos, porque no necesitamos de muchas cosas para ser felices o vivir cómodamente.
“Con tener agua, oxígeno por los árboles y una casa donde vivir, eso es suficiente. Mucha gente no compra ropa, ni tiene auto ahorita y viven bien”, Domit.
“Somos una generación proactiva que tiene la voluntad de crear iniciativas y proyectos que pueden impactar en el futuro, además es probable que seamos la última que pueda lograrlo, y es nuestra responsabilidad dejar un mundo de una mejor forma que como lo encontramos”, Coordinación JMFCC.
Si deseas conocer más del trabajo y eventos de la red juvenil, pulsa aquí.
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