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En julio debió haber comenzando en Guatemala el llamado invierno, es decir, las lluvias. Sin embargo, el cambio climático ha dictaminado otra cosa, y en amplias regiones de la nación centroamericana el verano (sequía) está causando estragos.
La prensa local señaló, por ejemplo, la grave situación que viven tres de sus municipios: Camotán, Jocotán y Olopa, al sur del país, cerca de la frontera con Honduras. En esos territorios, unas 45 mil personas padecen una sed casi absoluta y ello se traduce también en la pérdida masiva de cosechas.
En Guatemala, el 79 % de la población rural vive en la pobreza y la mayoría se alimenta con cultivos de subsistencia o trabaja en las grandes fincas de los latifundistas, donde muchos reciben más alimentos que paga.
Según la Asociación Indígena Campesina Ch’orti’ Nuevo Día, en esos tres municipios las pérdidas en cosechas de maíz y frijol son casi totales. Se estima que más del 90% de la población está afectada. Norma Sancir, de esa asociación, informó que en algunas comunidades han pasado más de 33 días seguidos sin que llueva.
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La activista indicó que las reservas de alimento de las familias se agotan y lo más crítico podría ser en este mes de agosto, porque la gente pensaba tener su primera cosecha.
“Lamentablemente las comunidades indican que, hasta el momento, no tienen apoyo de ninguna institución”, dijo Sancir, y que hace unos días un gremio de mujeres se organizó para ir con las autoridades ediles de Camotán y explicar la situación, pero no fueron atendidas.
En Guatemala, el capitalismo es tan inclemente como la sequía y, ante la escasez de algunas cosechas, los precios se han disparado. Advierten que el quintal de maíz podría incrementarse de Q150 a Q200.
Según los estudios del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) de Guatemala, el período de lluvias en esa nación va de de mayo a julio y luego de septiembre a octubre. Pero la temporada se interrumpió y con ello sobrevino el fracaso en las cosechas.
La situación se agudiza en el llamado “corredor seco”, un área geográfica que cruza todo el istmo centroamericano y donde, por la conjunción de diversos factores, los fenómenos climáticos son extremos, o mucha lluvia o mucha sequía.
Manuel Salvador Cordón, gobernador de Zacapa, región donde están ubicados los tres municipios, indicó que los más afectados por esta situación son los agricultores de subsistencia e infrasubsistencia, pero espera que los precios del maíz y frijol no se incrementen.
“El plan que tenemos y que generalmente usamos es el de alimentos por acciones. Las personas van a tratar de restituir sus cultivos y por hacer algún tipo de trabajo se les paga con alimentos”, explicó el ministro.
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Se informó que 43 mil familias de Chiquimula, El Progreso, Jalapa, Jutiapa, Retalhuleu, Sololá, Suchitepéquez y Zacapa son las afectadas por la falta de lluvias y están en riesgo.
César George, meteorólogo del Insivumeh, comentó que una de las consideraciones a las que se llegó en el último foro centroamericano del clima menciona que “agosto continuará con un déficit de lluvia”.
El experto agregó que en las previsiones se contemplaba una primera fase de sequía del 10 al 20 de junio y una segunda, del 5 al 15 de agosto; sin embargo, la canícula de junio se ha extendido tanto que se unirá con la de agosto.
El mapa de días sin lluvia que maneja el Insivumeh señala que los departamentos de El Progreso, Chiquimula, Jalapa, Jutiapa y parte de Zacapa ya han registrado entre 17 y 23 días de julio de temporada seca.
Este texto apareció originalmente en El Ciudadano, puedes encontrar el original aquí. |
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