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El desperdicio de comida es uno de los grandes problemas que debe enfrentar el hombre en la actualidad. Lo peor de todo es que parte importante de las personas no tiene consciencia de toda la cantidad de alimentos que terminan en la basura. Esos restos de comida luego se pudren y generan metano, gas de efecto invernadero que influye en el calentamiento global más que el CO2.
Por lo mismo ya han aparecido algunas iniciativas que le buscan un fin más práctico y ecológico a los residuos. Así surge Biovessel, un invento de la empresa taiwanesa Bionicraft que convierte los desperdicios en fertilizante orgánico.
Para lograr esta transformación, el Biovessel (que tiene forma de un elegante macetero), utiliza sus tres compartimentos con tierra, gusanos y aserrín para realizar un compostaje con los elementos que allí vayas depositando.
Los restos de comida tardan siete días en ser desintegrados y el resultado es un abono que puedes usar en otros maceteros.
“El objetivo principal del proyecto es generar conciencia sobre el tema del desperdicio de comida” afirma Chen-Hsiang Chao, inventor de este producto.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes leer el original aquí.
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