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Durante 30 años, la organización sin fines de lucro Provita se esfuerza para proteger la biodiversidad que está bajo amenaza en territorio venezolano. Su trabajo abarca las islas, Cordillera de la Costa y Andes, Guayana y Amazonas.
Desde febrero de 1987, lo que comenzó como una iniciativa de jóvenes biólogos de la Universidad Central de Venezuela, se convirtió en una organización privada con alta credibilidad y una gran cantidad de reconocimientos por su labor.
Provita busca “desarrollar soluciones socioambientales innovadoras para conservar la naturaleza”. Es por eso que durante todos estos años, han invertido su tiempo en crear programas educativos, de investigación y proyectos de recuperación para cuidar de la biodiversidad en la nación.
Gracias al equipo de directivos, coordinadores, especialistas, analistas, investigadores y asistentes. Al apoyo de financistas nacionales e internacionales, aproximadamente unos setenta. A convenios con gobiernos, academias, empresas, organizaciones, y afiliaciones con la World Land Trust, EcoHealth Alliance, la International Union for Conservation of Nature (IUCN) y otras comisiones. La organización ha logrado cambios y mejoras para el medio ambiente.
Entre ellas, han desarrollado más de 100 proyectos, cubriendo el 100% del territorio del país. Realizaron un diagnóstico de la situación de la biodiversidad de la Isla de Margarita y reintroducido de manera exitosa a su hábitat a loros mantenidos en cautiverio.
Han incrementado poblaciones de especies amenazadas, establecido un modelo de educación para la conservación y la creación del Parque Nacional Turuépano al norte del río San Juan. Y cuentan con más de 50 artículos científicos publicados y otros 70 para el público en general, y 17 libros. Al igual que han realizado múltiples campañas de reciclaje, negocios sustentables, animales amenazados, educación técnica en listas rojas, cambio climático, agua y deforestación.
La organización lleva a cabo cuatro programas. El primero es el de Conservación de la Cotorra Margariteña, el cual busca proteger los nidos de saqueadores durante el período de reproducción y realizar censos durante el resto de la temporada. “Esto ha permitido aumentar las poblaciones desde 600 individuos, al comienzo del proyecto, hasta unos 1,700 actualmente”. También busca la restauración de su hábitat y cambiar la costumbre de los habitantes de tener a la cotorra como mascota.
El segundo programa, llamado Iniciativa Cardenalito (pájaro nativo del país de color rojo), cuenta con varios proyectos. Como la construcción de un centro de crías para su reintroducción, el estudio de su genética para diseñar mejores planes de conservación, el estudio de sus redes de tráfico y la preservación integral de su hábitat.
Otro programa importante es la participación de Provita en la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), la cual genera proyectos de monitoreo de las presiones y amenazas a la Amazonía venezolana junto a la organización WATANIBA. Por último, el cuarto programa es constante, ya que Provita realiza las actualizaciones de Listas Rojas de Especies y Ecosistemas a través de la metodología aprobada por la IUCN.
“Las listas rojas es el nombre que se le da a una metodología que clasifica el grado de amenaza de extinción de una especie, que puede ir desde ‘Preocupación Menor’ hasta ‘Extinta’, basado en una serie de criterios que se determinan con la mejor evidencia científica disponible sobre esa especie. También puede ser que una especie no presente suficiente evidencia como para clasificarla, entonces se adjudica a la categoría de ‘Datos insuficientes’”.
Estas listas rojas son instrumentos para el diseño de planes de conservación y políticas públicas en determinados rangos geográficos y el papel de la organización es que los criterios de los investigadores estén actualizados. Por ello, publican los Libros Rojos quincenalmente, o si no también desarrollaron la plataforma WikiEva para mantener los registros disponibles.
En el ámbito educativo, Yo Cambio es un programa que busca que el participante comprenda el cambio climático desde el punto de vista científico, político, social y económico. Esto lo trabajan en conjunto con la Academia de Ciencias venezolana en una serie de lineamientos para políticas públicas. Por ello, la Asamblea Nacional tiene a Provita dentro de su cuerpo de asesores técnicos para la Ley de Cambio Climático del país.
“El trabajo por la conservación, tal como lo plantea nuestra misión institucional, implica entender a las personas y conectarlas con el esfuerzo ambientalista de una manera que los beneficie a todos. Y la gente rápidamente aprecia esto, lo cual genera historias muy agradables para nosotros”.
“Esperamos que Venezuela se convierta en un país orgulloso de ser megadiverso y que aproveche los beneficios que eso trae a su población. Esperamos ver, y ayudar a construir, un mundo donde el humano sea una especie más dentro de un ecosistema sostenible en el tiempo y en el futuro quisiéramos poder ser un ejemplo de cómo hacer las cosas bien para que estos esfuerzos se repliquen”, Carlos Peláez, director de Educación, Provita.
Reconocemos la difícil situación que Venezuela atraviesa, pero debemos reconocer que el trabajo de organizaciones como Provita, hace la diferencia y aporta beneficios que en un futuro tendrán un valor incontable, desde ya de hecho, para la flora y fauna del país. Apreciemos su trabajo, esfuerzo y dedicación por proteger sus bellezas naturales y apoyemos, seamos parte del cambio.
Si deseas aprender y conocer más de su trabajo, pulsa aquí.
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