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La idea es simple: las personas sanas necesitan un planeta sano. Pero, lastimosamente la crisis climática está afectando la salud humana en todo el mundo de las siguientes cuatro formas:
De todos los tipos de clima extremo, las olas de calor pueden ser las más obvias para conectarse al cambio climático. A medida que los humanos queman cada vez más combustibles fósiles, están liberando gases que atrapan el calor, como el dióxido de carbono, en la atmósfera. Como resultado, se están viendo más y más años más cálidos que el promedio y eventos de calor extremo más frecuentes.
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Los incendios forestales están devastando comunidades en todo el mundo. Desde la destrucción de mil millones de dólares que causan hasta los costos incalculables de la pérdida de vida de las plantas, los animales e incluso la vida humana.
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Estos devastadores desastres naturales están dañando los paisajes y dejando a aquellos que logran salir con sus vidas con problemas de salud duraderos. Y solo se espera que las condiciones sean aún más favorables para incendios forestales más frecuentes e intensos en un mundo cada vez más cálido.
Tras los huracanes María, Irma y Harvey, se da una pregunta clave: ¿la crisis climática está haciendo el clima más extremo? La respuesta simple es sí, y pone en peligro la salud de millones y millones de personas en todo el mundo.
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El cambio climático impulsado por las emisiones de combustibles fósiles está facilitando la propagación de enfermedades y poniendo en riesgo nuestra salud, ya que se dan las condiciones perfectas para que los mosquitos prosperen.
Aprende más del impacto del cambio climático aquí.
Este texto apareció originalmente en The Climate Reality Project, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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