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Se requiere una disminución radical de las emisiones de gases de efecto invernadero para que los agricultores tengan tiempo de prepararse para los grandes cambios en la lluvia que podrían diezmar los cultivos, dijeron los investigadores en un nuevo informe.
Las áreas ya húmedas verán más lluvia y las áreas secas se secarán a un ritmo determinado por los niveles de emisiones, dijeron los investigadores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Estos cambios ocurrirán independientemente de las medidas tomadas sobre el cambio climático, pero al reducir las emisiones, los países pueden ganar tiempo para adaptarse a los nuevos niveles de lluvia.
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Para este estudio, los investigadores analizaron el trigo, la soya, el arroz y el maíz, cultivos que representan aproximadamente el 40% de la ingesta calórica global, en diferentes escenarios de emisión.
“Creo que es preocupante”, dijo a la Fundación Thomson Reuters la autora principal, Maisa Rojas, profesora de climatología de la Universidad de Chile. “Incluso en los escenarios de bajas emisiones, ves el momento de emergencia ahora o muy pronto”.
“Tiempo de emergencia” es el año en que las fluctuaciones en la precipitación normales de una región cambian dramáticamente.
La mayoría de los cultivos que se consumen en todo el mundo son producidos por la lluvia y la agricultura, según el Instituto Internacional de Gestión del Agua, una organización de investigación científica sin fines de lucro. Alrededor del 60% de las tierras cultivadas en el sur de Asia y el 95% en África subsahariana dependen de la lluvia.
Si el mundo cumple con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, estas regiones tendrán entre 20 y 30 años para prepararse y adaptar las prácticas agrícolas. Si estos estándares no se cumplen y las emisiones continúan al ritmo actual o aumentan, algunas regiones verán cambios a partir de 2020.
Rojas señaló que los países más pobres y secos sentirán de manera desproporcionada los efectos negativos de tales cambios y pueden volverse dependientes de las importaciones.
Las regiones secas como el sur de África y Australia, que dijo que ya están viendo una disminución en las precipitaciones, deben examinar de inmediato los sistemas de riego, las represas o el cultivo de diferentes alimentos por completo.
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Las regiones húmedas como la India son más un misterio. Más lluvia podría beneficiar a los cultivos y aumentar la producción de alimentos. Sin embargo, más lluvia en combinación con el aumento de calor y ciertos tipos de suelo pueden provocar inundaciones, que podrían acabar con los suministros de alimentos.
Si se cumplen los estándares del Acuerdo de París, las áreas más afectadas tendrán hasta 2040 para prepararse para los próximos cambios de precipitación.
Es posible que tengan tiempo para limitar el área de tierra dañada por los cambios de lluvia y evitar el hambre o el aumento de los precios de los suministros de alimentos.
Este estudio, dijo Rojas, es un primer vistazo de dónde podemos esperar que ocurran esos cambios y aproximadamente cuándo llegarán.
“Cada vez que pensábamos en el cambio climático hasta ahora, pensábamos: ‘Esto es algo que sucederá en el futuro'”, dijo Rojas. “Debemos apresurarnos”.
Este texto apareció originalmente en Thomson Reuters Foundation, puedes encontrar el original aquí.
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