Suscríbete
El mundo no está reduciendo las emisiones de carbono en ningún lugar lo suficientemente rápido, dijo un alto ejecutivo de J.P. Morgan Asset Management, y cambiar eso requerirá decisiones mucho más difíciles de lo que cree la mayoría de la gente.
En su informe anual “Energy Outlook”, Michael Cembalest, presidente de inversión y estrategia de mercado para el grupo de gestión de activos, escribió que Estados Unidos necesita reducir su uso del carbono mucho más rápido; una opinión que comparte con los autores del Nuevo Acuerdo Verde (Green New Deal).
Sin embargo, Cembalest dice que los defensores de ese plan han minimizado la dificultad de alcanzar sus metas. El objetivo del Green New Deal de alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en los EE. UU. para 2030, escribe, “no está en la esfera de lo posible”.
“La gente no está obteniendo una visión completa de lo que es factible”, dijo Cembalest en una entrevista. “Creo que se necesitarán más sacrificios de los que la gente aún entiende”.
Conoce más: Políticos demócratas presentan el Green New Deal en EE. UU.
En su reporte, “Mountains and Molehills”, Cembalest comienza señalando que incluso si el mundo logra generar toda su electricidad a partir de fuentes de cero emisiones, como la energía renovable o la energía nuclear, la electricidad genera menos de un tercio del consumo de combustibles fósiles.
Mucho más difícil, argumenta Cembalest, será eliminar los combustibles fósiles de la producción industrial, como el cemento, el acero, el amoníaco y los plásticos. Esas fábricas suelen alimentarse directamente quemando carbón u otros combustibles fósiles, que pueden generar mayor calor y presión.
Cembalest consideró algunas de las tecnologías nacientes que han atraído la mayor atención de los defensores del clima y los inversores, y explica por qué ninguna es tan prometedora como podría parecer.
Plantar o replantar árboles para extraer carbono del aire “son soluciones de baja tecnología que pueden funcionar y funcionan”, pero es poco probable que reduzcan las emisiones totales de EE. UU. en más de unos pocos puntos porcentuales, incluso si se hace a gran escala.
El ejecutivo escribió que la captura y el secuestro de carbono, el etanol celulósico, las nuevas tecnologías de almacenamiento de energía y la llamada fundición de aluminio “libre de carbono” son todas sobrevaloradas.
El mensaje a los inversionistas, dijo Cembalest, no es que reducir las emisiones sea imposible. Más bien, es que Estados Unidos y otros países deberán aceptar cambios mucho más radicales, y probablemente impopulares desde el punto de vista político, para alcanzar ese objetivo.
Eso podría incluir un mayor uso del dominio eminente para apoderarse de terrenos privados para construir líneas de transmisión para trasladar electricidad generada por el viento a los centros de población, dijo Cembalest. Podría significar impuestos más altos, incluidos los impuestos al carbono, y usar menos bienes y servicios.
“El consumo reducido tendrá que ser parte de la ecuación”, agregó Cembalest.
Te sugerimos: La ciencia del clima aún no ha llegado a ciertos países
Mientras tanto, Cembalest advierte que Estados Unidos debe desviar más de lo que gasta en el cambio climático hacia la protección de sus ciudades costeras del clima extremo, suponiendo que las emisiones no caerán con la suficiente rapidez.
El Green New Deal podría perjudicar el esfuerzo por frenar el cambio climático, dijo Cembalest, al hacer que los objetivos parezcan poco prácticos.
“Las grandes ideas son importantes a veces en la historia de Estados Unidos para movilizar apoyo. Pero si no lo son, en rápida sucesión, seguidos de un plan de implementación coherente de cómo vas a llegar allí, me preocupa que sea contraproducente”, concluyó Cembalest.
Este texto apareció originalmente en Bloomberg, puedes encontrar el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana