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Desde el espacio, la deforestación en Sudamérica muestra indicios de mejoría gracias al esfuerzo de los Gobiernos de la región, ha asegurado la directora de la Agencia Espacial Europea (ESA), que pronto lanzará un nuevo satélite para supervisar la situación de estos pulmones del planeta.
“La evolución de la deforestación en Sudamérica ha pasado por momentos críticos en los años pasados, por ejemplo en Brasil, pero hoy está mejorando gracias al enorme esfuerzo de los gobiernos“, señala la directora de la Oficina de Estrategia, Programas y Coordinación de la ESA, Simonetta Cheli.
En este sentido, Cheli cree que en la actualidad algunos estados de esa región hacen una importante actividad de reforestación, pero también de contención de la alarmante destrucción de sus bosques, lo cual se ve también desde el satélite, defiende desde Milán (norte de Italia), donde participa en el Living Planet Symposium, un importante foro sobre el estado del planeta que da cita cada tres años a numerosos expertos, científicos y estudiantes.
“En la mirada de los satélites hacia la Tierra, merece especial atención la región de Sudamérica, quejada por la deforestación, así como por la desertificación, el deshielo de sus glaciares milenarios, sus seísmos y las erupciones volcánicas”.
Contra el problema de la tala, Cheli opina que es necesario hacer más a nivel global, pero que no es una competencia de la ESA, que se encarga de ofrecer datos y una buena cobertura de la zona mediante satélites con radares a bordo capaces de ver a través de las nubes.
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Destacó que uno de los próximos satélites de la ESA, llamado Biomass, cuyo lanzamiento se prevé para 2022, tendrá como objetivo prioritario el estudio de las forestas del mundo. Otro fenómeno que afecta especialmente a subcontinente americano es el del deshielo. Un equipo internacional ha cuantificado en nueve billones de toneladas el hielo que se ha perdido entre 1961 y 2016, provocando un aumento del nivel del mar de 27 milímetros, cuyas mayores pérdidas regionales fueron en Alaska, seguidas del manto helado de Groenlandia y los glaciares del sur de los Andes.
Igualmente interesante para la observación terrestre es Europa, donde se estima que cada año mueren 400,000 personas por enfermedades vinculadas a la contaminación atmosférica y las partículas en suspensión, explica en alusión a un informe de la Agencia Europea del Medioambiente.
Para estudiar este aire tóxico, la ESA pretende pedir más fondos para lanzar nuevos satélites en el Consejo Ministerial que celebrará en noviembre en la ciudad española de Sevilla, donde se pretende aprobar proyectos millonarios para avanzar en la exploración del espacio y en la observación del planeta Tierra.
Entre estos proyectos se prevé presentar uno para el lanzamiento de nuevas misiones dedicadas al análisis del dióxido de carbono en el ambiente, explicó Cheli.
“Hemos previsto lanzar en los próximos años, y pediremos la financiación en noviembre en una ministerial de la ESA en Sevilla, nuevas misiones, como una dedicada a ver el C02 y las emisiones“, afirma a esta agencia.
Los científicos ven con preocupación la calidad del aire en las grandes urbes, donde las limitaciones de tráfico ya se han convertido en algo frecuente, como puede ocurrir en grandes capitales como Roma, Madrid, París, Roma o Berlín.
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El satélite Sentinel 5P, que forma parte del ambicioso programa Copérnico, proporciona datos importantes que permiten comprender los factores que afectan al aire que respiran los europeos, pero se limita al dióxido de nitrógeno o el metano, señala la experta. Además, el mapa que ofrece ese centinela en órbita pueden apreciarse altos niveles de contaminación, marcados en rojo, en zonas industrializadas del continente, como Bélgica, los Países Bajos, el sur de Reino Unido, o algunas áreas de Italia y Alemania.
“El plan es seguir la evolución de la contaminación del aire en la Unión Europea, que se ha propuesto liberarse de la huella de carbono antes de 2050 e impulsar un modelo industrial ecológico”.
Todos estos factores relacionados con el cambio climático dan fe de que la Tierra se encuentra en un momento preocupante, por lo que será fundamental que los Estados inviertan en observación dado que ayuda a todos, subraya la directora italiana.
“De esta tecnología desde el espacio derivan millones de funciones que seguramente los ciudadanos a menudo desconocen pero de los que se benefician a todas luces“, señala.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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