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Un grupo de líderes indígenas brasileños quemó un tronco de seis metros ante la Comisión Europea (CE) para pedir al Ejecutivo comunitario que frene la colaboración europea en la destrucción de la selva y en los abusos de los derechos humanos en Brasil.
Los manifestantes, que se reunieron con el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans, también desplegaron una pancarta en la que podía leerse “Europa comprando – Selvas ardiendo”, informó la organización ecologista Greenpeace en un comunicado.
La responsable de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña, Nara Baré, señaló que “Europa comparte la responsabilidad del derrame de sangre y destrucción de la selva en Brasil ya que el consumismo europeo aumenta la presión sobre la tierra en todo el mundo”.
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“Pedimos a los gobiernos de la Unión Europea (UE) que suspendan el acuerdo comercial con el Mercosur hasta que podamos estar seguros de que los derechos humanos, los bosques y el medio ambiente están protegidos”, apostilló la líder indígena.
Baré se refiere al primer tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), el cual incluye la obligación de respetar el Acuerdo de París por el clima.
La comitiva indígena viajará por toda Europa bajo el lema “Sangre indígena: ni una gota más”, una gira organizada después de que el pasado 1 de noviembre el activista indígena Paulo Paulino Guajajara, de 26 años, fuera asesinado en un violento enfrentamiento con madereros en la reserva Araribóia, en el estado de Maranhao, nordeste de Brasil.
Este texto apareció originalmente en La Tribuna, puedes ver el original aquí.
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