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Desde el verano de 2017, los paseos de Colleen Gill en la playa empezaron a ser interrumpidos frecuentemente por el olor a muerte.
Durante más de un año, se encontró con miles de escenas espeluznantes mientras caminaba en las playas alrededor de Naples, Florida. Decidió publicarlas en Facebook: peces muertos, tortugas marinas e incluso delfines esparcidos por algunas de las playas más populares del estado, muchas de ellas víctimas de un brote de marea roja excepcionalmente largo.
Luego de 16 meses que le costaron millones de dólares a la economía de Florida y dejaron a los bañistas ahogándose en los gases emitidos por las algas tóxicas, los organismos finalmente suavizaron su control sobre las aguas, a principios de este año.
Y por un tiempo, los paseos de Gill en la playa regresaron a la normalidad. Cuando finalmente las aguas se aclararon, le emocionó ver finalmente una manada de delfines. Pero eso fue hasta hace un mes, cuando volvió el olor a muerte.
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“Realmente pensé que íbamos a tener suerte, pero luego salí a la playa y percibí ese olor demasiado familiar a pescado y sentí ese rasguño en mi garganta de las toxinas en el aire”, relató Gill, quien reside en Naples. “Todo lo que podía pensar era: ‘aquí vamos de nuevo’”, añadió.
Ahora, las algas tóxicas regresaron a las aguas del suroeste de Florida y han comenzado a arrastrarse lentamente por la costa del Golfo del estado durante el último mes.
Los científicos explican que es difícil predecir hacia dónde se dirigirá la marea, o cuánto durará.
Pero los residentes que experimentaron este fenómeno la última vez están preocupados: por su salud, por la vida silvestre y la incertidumbre de si sus negocios podrán soportar otro brote prolongado.
Bill D’Antuono ha vivido en Naples casi todos sus 33 años y lidera expediciones de pesca y buceo en la costa de Florida. Hasta el momento, indicó, esta marea roja no parece ser tan grave como la del año pasado y aún encuentra agua clara para pescar y sumergirse.
Pero en su trabajo, que está íntimamente ligado a la salud del ecosistema, le preocupa cuánto más podrá superar. “Fuimos golpeados muy duro el año pasado, y simplemente no podemos aguantar más”, sostuvo D’Antuono.
Tim Thompson, otro residente de Naples y quien es propietario de una firma de diseño de interiores junto con su esposa, señala que gran parte de su negocio depende de que los clientes vengan a sus casas de recreo. El año pasado, recuerda, muchos no se quedaron tanto tiempo o se mantuvieron alejados por completo debido a la gravedad de la marea roja.
En un lugar que se presenta a sí mismo como perfecto para una escapada idílica, a Thompson le preocupa que el mal estado del agua esté amenazando con dañar la belleza natural que hace de la costa suroeste de Florida un destino predilecto de vacaciones.
Es la larga duración de estas mareas rojas y la rapidez con que se repiten lo que resulta tan preocupante, dijo el residente de Naples de 32 años.
“Si has estado aquí 20 o 30 años, la marea roja fue algo que duraba un fin de semana o una semana”, afirmó. “Ahora, estamos hablando de meses”.
La marea roja de Florida es causada por una especie de alga llamada Karenia brevis, la cual libera neurotoxinas que pueden ser mortales para la vida silvestre e incluso causar problemas respiratorios en los humanos.
Si bien la marea roja ha ocurrido durante siglos, la de 2017-2018 fue la quinta más larga que se ha registrado, además de ser la segunda desde 2007 en golpear las costas este, suroeste y noroeste de Florida al mismo tiempo.
Como respuesta a la marea históricamente grave del año pasado, el nuevo gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, creó una Fuerza de Tarea de Marea Roja que está estudiando las causas de este fenómeno.
Y aunque no es tan extendido como el anterior, este último brote muestra concentraciones de algas bastante altas, según el doctor Robert Weisberg, profesor de Oceanografía Física en la Universidad del Sur de Florida, quien ha estudiado estos eventos durante más de dos décadas.
En este momento, las algas son más frecuentes en las aguas de los condados de Sarasota, Lee, Collier y Charlotte. Pero ha ido avanzando poco a poco hacia el norte en dirección a la región de Tampa Bay. Ya se han reportado varios peces y tortugas muertos en áreas donde las concentraciones de algas son más altas.
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En medio del daño, hay preguntas sobre el papel que el cambio climático puede estar desempeñando en estos eventos. El doctor James Douglass, profesor asociado de Ciencias Marinas en la Florida Gulf Coast University, dice que cualquier vínculo entre la marea roja y el cambio climático necesita más estudio.
Pero los científicos consideran que el cambio climático está fortaleciendo huracanes capaces de arrojar mayores precipitaciones, y Douglass dice que los investigadores están explorando si la escorrentía, rica en nutrientes de estas tormentas más húmedas, podría ser un factor.
Weisberg dice que saber exactamente cómo comenzó esta marea roja es un misterio para los científicos.
El fenómeno generalmente se produce en altamar y luego llega a la costa, donde las aguas cálidas y poco profundas y la escorrentía de nutrientes de las granjas, fertilizantes para césped y sistemas sépticos con fugas, además de peces en descomposición, proporcionan el ambiente ideal para el crecimiento de algas.
Pero Weisberg señala que esta marea roja se apoderó de la costa desde el principio. “Como cualquier problema complicado, crees que has comenzado a entenderlo, y luego la naturaleza te lanza una bola curva”, aseguró el profesor.
Este texto apareció originalmente en CNN, puedes ver el original aquí.
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