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El CO2 de la energía volvió a alcanzar un récord en el 2018, pese a los síntomas de declive del carbón, que baja un 10% en Estados Unidos y en Europa.
Las emisiones mundiales de CO2 procedentes de la combustión del carbón, petróleo y gas natural siguen creciendo. Alcanzaron un nuevo récord en el 2018. No dan tregua, pese a que el mundo del carbón muestra síntomas de un claro declive, especialmente acusado en Estados Unidos y la UE. Deberían bajar para atenuar el cambio climático y acatar el Acuerdo de París, pero no siguen esa senda.
En el año 2018 las emisiones mundiales alcanzaron un máximo: 36,600 millones de toneladas de CO2; esto es, un 61% por encima de los niveles registrados en 1990, año en que comenzaron las negociaciones internacionales para la firma del Convenio de Cambio Climático (Río de Janeiro, el año 1992).
Lo más grave es que este récord será sobrepasado por las emisiones de 2019. Las estimaciones para 2019 apuntan un crecimiento adicional del 0.6% sobre el año anterior, de manera que las emisiones totales se situarían en casi 36,800 millones de toneladas de CO2.
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No obstante, la tasa de crecimiento es al menos dos o tres veces inferior a las de los dos años anteriores.
“Es difícil que veamos un pico en emisiones de CO2 antes del año 2030″, comenta Pep Cañadell (Global Carbon Project)
De esta manera, se vienen abajo las expectativas de que en el año 2020 se alcancen el pico de las emisiones (como reclaman los científicos) y que se inicie entonces un declive que encauce la senda hacia la descarbonización.
“Es difícil que veamos un pico en emisiones de CO2 antes del año 2030. Si los compromisos sobre reducciones de estas emisiones no son aumentados y renovados por los gobiernos, seguramente ese pico se producirá más allá del 2030”, señala Pep Cañadell, director ejecutivo del Global Carbon Project , centro de investigación con sede en Camberra (Australia).
Esta ralentización se debe a la extraordinaria disminución de las emisiones de carbón, sobre todo en Estados Unidos y en Europa, y al crecimiento de las energías renovables a nivel mundial. Pero el aspecto menos positivo de esta desaceleración es que puede ser relacionado con el menor crecimiento de la economía mundial.
El CO2 generado por el carbón ha ido bajando los últimos años ligeramente. En cualquier caso, lo más preocupante es la marcada y estable tendencia al alza en las emisiones del petróleo y la aceleración de las emisiones del gas natural. Todos estos datos proceden de un estudio del Global Carbon Project en el que han participado investigadores de 58 instituciones a nivel mundial.
La quema de carbón fue responsable del 40% de las emisiones de combustibles fósiles en 2018, seguidas del petróleo (34%) y del gas natural (20%).
Las emisiones del carbón alcanzaron sus niveles más altos entre el 2011 y el 2014 y se han mantenido ligeramente por debajo desde entonces. Han ido bajando un 0.9% al año.
La previsión es que en el año 2019 disminuyan un 0.9% respecto al nivel de 2018. Este hecho se debe a las reducciones en EE.UU. (–11%) y en la UE-28 (-10%) y a un débil aumento en China (0.8%) e India (2%).
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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