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Las altas temperaturas y el suelo seco significan condiciones ideales para los incendios. Los intensos incendios forestales en el Ártico en junio liberaron más gases contaminantes en la atmósfera de la Tierra que en cualquier otro mes en 18 años de recopilación de datos, dijeron los científicos europeos en un informe.
Estos incendios ofrecen un claro retrato de las tendencias de calentamiento planetario.
El Ártico se está calentando al menos dos veces y media más rápido que el promedio mundial. Los suelos de la región están más secos que antes. Los incendios forestales se están extendiendo a lo largo de una gran franja. En junio, los incendios liberaron 59 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que calientan el planeta, más que todas las emisiones de carbono producidas por Noruega, un país productor de petróleo, en un año.
La última vez que los incendios en el Ártico fueron tan intensos o liberaron un volumen tan grande de emisiones fue el año pasado, lo que en sí mismo estableció un récord.
“Las temperaturas más altas y las condiciones de superficie más secas están proporcionando las condiciones ideales para que estos incendios ardan y persistan durante tanto tiempo en una zona tan grande”, dijo en un comunicado Mark Parrington, especialista en incendios del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas de Medio Alcance, que emitió el informe.
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Las temperaturas excepcionalmente altas en el extremo norte de Rusia son también un presagio de un año inusualmente caluroso en todo el mundo. Las temperaturas medias mundiales de junio casi igualaron el récord de 2019, y este año en su conjunto se encuentra entre los cinco años más calurosos registrados. Las temperaturas medias en Europa en junio fueron 1.3 grados más cálidas que el promedio del período entre 1981 y 2010, según datos europeos.
Las temperaturas en Verkhoyansk, una ciudad siberiana conocida como un lugar de exilio en la era zarista, alcanzaron un récord de 38°C el 20 de junio. En el Ártico siberiano, los científicos dijeron que el suelo está más seco que nunca, y la cobertura de nieve alcanzó un mínimo histórico en junio de 2020.
Esos datos son consistentes con un patrón de calentamiento confirmado por otros informes científicos. Y el calentamiento del Ártico tiene un efecto en otros lugares: Muchos estudios, incluyendo uno en 2018 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, NOAA, encontraron que el persistente calentamiento del Ártico puede estar influenciando eventos climáticos extremos alrededor del mundo.
Los científicos del Centro Europeo señalaron que, si bien los incendios forman parte de la ecología del Ártico, el tamaño y la intensidad de los incendios de los últimos dos años son “motivo de preocupación”.
Al liberar tanto dióxido de carbono, los incendios están contribuyendo al calentamiento global. Y los científicos dicen que los incendios también podrían llevar a un mayor deshielo del permafrost del Ártico. La descomposición de la materia orgánica, como la vegetación y los animales muertos, en este suelo previamente congelado resultaría en la liberación de más metano, otro potente gas de efecto invernadero.
El humo de los incendios de Siberia parece estar extendiéndose por el Pacífico norte, llegando hasta el noroeste del Pacífico, dijeron los científicos del centro.
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Se avecinan otras temporadas de incendios. En Brasil, con un gobierno que busca abrir más bosques para la industria, así como una aplicación laxa de la ley durante la pandemia de coronavirus, vastas franjas del Amazonas han sido despejadas en los últimos meses para la agricultura, la minería y la tala. Es probable que se incendien en la temporada que comienza en agosto, y esos incendios podrían extenderse por el Amazonas, como ocurrió el año pasado.
La Amazonia brasileña ha perdido casi 340 mil hectáreas cuadradas de bosque desde enero, un aumento del 20% en la tala con respecto al mismo período del año pasado, según el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia y el Centro de Investigación Woods Hole en Massachusetts.
Las emisiones de carbono resultantes de esa deforestación equivalen a las emisiones de 25 millones de vehículos en un año. Eso sin contar las emisiones producidas por los incendios forestales durante la estación seca de Brasil.
Los incendios del Amazonas de 2019, además de los incendios forestales en Indonesia y el Ártico, aumentaron las emisiones anuales relacionadas con los incendios en todo el mundo después de años de constante disminución.
Este texto apareció originalmente en El Clarín, puedes ver el original aquí.
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