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Aquellos que viven un estilo de vida sin desperdicio intentan reducir la producción de basura y el consumo de plástico de un solo uso en cada área de su vida, en lugar de elegir alternativas reutilizables, sostenibles y ecológicas. El estilo de vida no se trata de la perfección, solo se trata de reducir significativamente la basura y el impacto ambiental general.
Además de abordar el desperdicio físico, muchos de los que ya son cero desperdicio (zero waste) también optan por comprar principalmente ropa y otros bienes de tiendas de segunda mano; apoyar marcas sostenibles de comercio justo; consume dietas a base de plantas y utilice medios de transporte de bajas emisiones. El movimiento para enfocarse de manera integral en todos los aspectos del impacto ambiental de uno (en lugar de solo basura y plástico) ha inspirado a muchos a referirse a sí mismos como de bajo impacto en lugar de cero desperdicio.
Green Matters ofrece siete consejos principales para comenzar su viaje de cero residuos. Y recuerda, no hay presión: comienza con lo que parezca factible y placentero, y continúa progresando.
Pregúntale a cualquier persona que lleva una vida zero-waste cuál debe ser el primer paso en su viaje de desperdicio cero, y probablemente te dirán que realices una auditoría de desperdicio. Simplemente mira a través de tu bote de basura y contenedores de reciclaje, y observa lo que está tirando con más frecuencia. Esto te ayudará a saber qué áreas de desperdicio debes abordar primero.
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Durante su auditoría de basura, es posible que observes muchos restos de comida en tu bote de basura; ¡la forma más fácil de remediar esto es comenzar a compostar! Consulta guías en internet para preparar un contenedor de abono interior o un contenedor de abono en el patio trasero.
También puedes consultar el sitio web de tu municipio para ver si ofrecen algún servicio de compostaje, si eso significa que un servicio puede recogerlo de tu casa o llevar tu compost a un punto de entrega. Para evitar que tu abono de interior huela, considera guardarlo en un recipiente en el congelador.
Al mirar a través de la basura, probablemente notarás muchos envases de alimentos. Hay algunas formas de solucionar este problema. En lugar de comprar artículos empaquetados como arroz, nueces y avena, compra estos artículos en contenedores a granel, si tienes una tienda de comestibles local que ofrezca compras a granel. Asegúrate de traer tus propias bolsas para cualquier compra a granel suelta.
La compra de comestibles también es un área excelente para enfocarse en comprar localmente, ya que la distancia de envío reducida tendrá un impacto ambiental menor; considera la posibilidad de examinar detenidamente el mercado de agricultores local, donde la mayoría de los alimentos se cultivan localmente.
Cuando se trata de artículos que compras con menos frecuencia, como cosméticos, productos de higiene personal y productos de limpieza, se recomienda que uses lo que tienes y, una vez que estén casi vacíos, comprar reemplazos sostenibles sin desperdicio. Por ejemplo, cuando te quedes sin toallas de papel (la mayoría de las cuales son compostables, ¡por cierto!), Cambia a toallas de mano y trapos reutilizables, y cuando te quedes sin toallitas desmaquillantes, cambia a pads faciales reutilizables.
Cuando se trata de producir cero residuos sobre la marcha, estar siempre preparado es clave. Considera armar un kit de bricolaje sin desperdicio que puedas guardar en tu mochila o automóvil cuando salgas por el día; se recomienda tener siempre a mano una bolsa de mano, una botella de agua, una servilleta de tela, cubiertos y un recipiente así como una taza y una pajita reutilizables si eres un bebedor de café. De esa manera, podrás evitar fácilmente que se te acumulen productos desechables a lo largo del día.
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El movimiento de cero residuos tiende a centrarse en la basura que vemos, pero la mayoría de los artículos que usamos han producido una gran cantidad de residuos invisibles, contaminación y emisiones antes de que lleguen a nuestras manos. Un gran ejemplo de esto son los productos animales como la carne, los lácteos y los huevos.
El proceso de cría y sacrificio de vacas, pollos, peces y cerdos utiliza mucha más agua, tierra y plantas (alimento para animales) y produce muchas más emisiones que los alimentos de origen vegetal. Un estudio histórico de 2018 de la Universidad de Oxford descubrió que deshacerse de la carne y los lácteos es en realidad lo más impactante que las personas pueden hacer para reducir su impacto ambiental, por lo que no es de extrañar que tantas personas zero-waste también sigan dietas basadas en plantas.
Además, los alimentos vegetales integrales (como frutas, verduras, nueces y cereales integrales) suelen ser algunos de los alimentos más fáciles de obtener sin empaque en el supermercado.
Otra industria con una gran cantidad de desechos invisibles es la moda: la cría de animales para telas como cuero, seda y lana es responsable de inmensos desechos; el cultivo de algodón tiene una huella mayor de lo que mucha gente cree; y los tejidos sintéticos como el poliéster están hechos de combustibles fósiles. Además, la tela desperdiciada, los tintes insostenibles y las condiciones de trabajo inhumanas también son problemas desenfrenados en la industria de la moda, más específico el fast fashion.
Para combatir la naturaleza derrochadora del fast fashion, muchas personas que no lo desperdician se dedican al ahorro: al comprar ropa de segunda mano, se está reduciendo la demanda de ropa nueva y se está rescatando ropa del flujo de residuos que de otro modo se habría descartado. Esto también se aplica a otras áreas además de la ropa. Puedes comprar casi cualquier cosa de segunda mano, desde productos electrónicos hasta artículos para el hogar y artículos para bebés.
No existe una forma correcta o incorrecta de reducir el desperdicio: el viaje de cada persona es diferente. Y recuerda, cada acción marca la diferencia, así que no te concentres en ser perfectamente zero-waste: producir un poco de basura es inevitable y no necesitas un bote de basura para ser cero desperdicio.
Este texto apareció originalmente en Green Matters, puedes ver el original en inglés aquí.
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