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Aubrey Baxter es un activista climático, antiespecista y defensor de los animales en Panamá, que está dispuesto a luchar por que las voces de las especies más vulnerables sean escuchadas.
Aubrey es un joven activista que le apasionan los animales y el medio ambiente, por lo que desde 2014 ha emprendido un viaje espiritual con él y la naturaleza y defenderla lo mejor posible de los daños que los mismos humanos estamos causando con la crisis climática. A través de una ceremonia, Aubrey consiguió conectarse con los animales y entender que todos tenemos una función importante y algo que dar al planeta, incluidos los animales.
“Hace como unos 7 u 8 años atrás, para mi fue un impacto ver cómo éramos la especie más destructora. Ahí super cuál era mi misión: luchar por los animales”, cuenta Aubrey. “Descubrí cuánto impacto había hecho yo y eso me ayudó a entender mejor sobre la explotación animal“.
Por medio de plataformas virtuales como Facebook e Instagram, Aubrey decidió comenzar a compartir la información sobre estos daños ambientales hacia los animales principalmente, algunos datos de forma muy directa, pero quería que la gente se diera cuenta de los hábitos insostenibles que se practican cada día en todo el mundo. Sin embargo, después de seguir buscando cómo unirse a más movimientos en línea, formalizó su activismo al aliarse con Direct Action Everywhere y Anonymous for the Voiceless, una organización que lucha en contra de la explotación animal.
Cuenta que una etapa muy importante en su vida como activista fue cuando por parte de estos movimientos, se unió a un grupo que realizó un tour por Centroamérica para hacer vigilias en las afueras de los mataderos. “Es algo que me marcó. Aquí en Panamá yo vi cómo enlazarme con estos movimientos internacionales donde los recibimos con otros activistas que no conocía. Cuando esta gente llegó fue muy impactante, era algo más establecido y fue bonito ser parte de un grupo físico”.
En 2017, Aubrey junto con Animal Save Movement Panamá realizaron su primera vigilia. “Una vigilia es ir a un matadero, esperar a que los animales lleguen, paramos los camiones, conversamos con el conductor y le pedimos cinco minutos para estar con los animales y darles amor. Es un momento de compasión, de darles agua, de documentar. Es de estar con el animal de frente y saber lo que él sabe cuando llega al matadero”.
Aubrey explica que a pesar de que los animales no saben comunicarse con el lenguaje verbal de los humanos, existen otros tipos de comunicación, como el psicológico, donde los activistas pueden entender y sentir el sufrimiento de estos animales, su ansiedad y preocupación de lo que viene. “Sentimos que ellos saben a lo que vienen, es algo que empecé a entender aquí”.
Fue con todas estas experiencias que encontró su misión: “Yo lucho por los animales, pero más que ello es llevar el mensaje de cada animal que conozco. He conocido demasiados animales en mi vida, vacas, cerdos, entre otros”. Incluso, Aubrey porta siempre un collar con la etiqueta de una cerda que conoció en una de sus visitas, la cual estaba embarazada y en malas condiciones debido a la cantidad de veces que la pudieron preñar y puesto a parir forzosamente. “Son cosas con las que uno se queda marcado. Es entender qué siente un animal si pusieras a una persona a sentir los mismos tratos que ellos reciben”.
Actualmente, Aubrey trabaja como enlace nacional de la organización de Animal Save Movement para Panamá, la cual la han dividido en tres ramas para transmitir los mensajes de concienciación de forma más organizada y clara: Animal Save, Climate Save y Health Save Movement.
En Animal Save Movement se enfocan en luchar contra la explotación animal, se realizan vigilias, visitas a los mataderos, rescate de animales y hablar sobre la ética del consumo de los animales en alimentos, entretenimiento, vestimenta, farmacéutica, entre otros ámbitos.
En cuanto a Climate Save Movement Panamá, “nuestro enfoque es hacer ver la realidad de que nuestro sistema alimentario es el mayor contribuyente de gases de efecto invernadero que hay en cuanto a destrucción de ecosistemas, lo que nos está llevando a la extinción”, explica Aubrey. “Del 100% de lo que se siembra, el 80% se utiliza para alimento de animales, o sea que se usa terreno para su alimentación y alojamiento”.
Uno de sus enfoques es exponer la explotación de suelos por esta clase de prácticas insostenibles de explotación animal, por lo que como organización, Climate Save busca enlazar soluciones que contrarresten estos efectos. Para ello han organizado limpiezas de playas con organizaciones aliadas como MiMar, jornadas de reforestación y la inclusión de educación ambiental.
“Buscamos que se redireccione el sistema alimentario que es basado en animales y que se base en plantas”. Respaldándose con datos de la OMS y otros estudios que vinculan enfermedades con el consumo animal, la organización busca soluciones con vías de trabajo libres de explotación y opresión, tanto en los animales como en los trabajadores y agricultores. También trabajan en investigaciones que exponen a empresas comerciales con prácticas más insostenibles que las empresas locales y con métodos más naturales.
“En Panamá tenemos zonas afectadas por el deterioro de los mares por la crianza de los peces (por ejemplo), no se regula el tema y si se viera lo que hay de destrucción en un país tan chico, la gente entendería el daño que existe. (Es importante) entender que que lo que haces aquí afecta en todos los lugares“.
Otro de los esfuerzos en los que han estado trabajando es en el Tratado Basado en Plantas, donde quieren que Panamá esté entre las primeras 50 ciudades que agregan el acuerdo basado en plantas en su legislación. Actualmente se encuentran en negociaciones con la Ciudad de Panamá y su alcaldía para que esto sea posible. En este movimiento internacional pueden formar parte tanto personas individuales como empresas y ciudades, solo basta con inscribirse para apoyar la causa e impulsar a más personas a hacer un cambio sostenible.
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