Descubre: el vínculo entre nuestra salud y la del planeta
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- Escrito por Mónica Gálvez - Foto por StefaNikolic/Gettyimages
El cambio climático está conectado con muchos otros problemas sociales y económicos en el mundo, entre ellos se encuentra la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que los impactos de la crisis climática causen aproximadamente 250 mil muertes solo entre los años 2030 y 2050, afectando especialmente a las personas en condiciones más vulnerables.
Pero no solo se trata del futuro, muchas de las consecuencias climáticas las estamos viviendo ahora mismo. Temperaturas cada vez más altas, desastres naturales y clima extremo, la salud humana resulta ser afectada por la mayor parte de estos fenómenos.
Problemas respiratorios
La contaminación del aire producida por la los combustibles fósiles, tales como el smog de los autos de diésel, los incendios forestales o el humo producido por plantas de carbón, es uno de los mayores causantes de enfermedades respiratorias en las personas, incluso algunas pueden llegar a ser crónicas. Según la UNEP, se estima que un 92% de la población está expuesto al aire contaminado, causando un promedio de siete millones de muertes prematuras cada año.
Además, los niños y niñas se encuentran en mayor riesgo, ya que sus sistemas inmunológicos se desarrollan mientras las condiciones climáticas empeoran, lo que provoca que su crecimiento sea más sensible a estos cambios drásticos en el ambiente.
“Los pediatras ya están viendo los efectos del cambio climático en sus pacientes. Debido al cambio climático, los inviernos son más cortos, lo que hace que las temporadas de alergias al aire libre sean más largas y más cálidas”, según indica la American Academy of Pediatrics.
Tanto en niños como jóvenes y adultos, son afectados por el aumento de temperaturas globales, lo que disminuye la calidad del aire, ya que aumenta la formación de ozono a nivel del suelo (smog urbano). La exposición prolongada a estos gases puede provocar dificultad para respirar, estornudos, tos y dolor de pecho, así como el deterioro pronto de los pulmones y una alta probabilidad de contraer infecciones respiratorias en los niños.
Enfermedades crónicas como el asma también son cada vez más comunes, especialmente en zonas donde los niveles de polen y otros aeroalergenos están aumentando. El cáncer de pulmón, problemas cardiacos y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) también pueden llegar a ser un posible efecto secundario del cambio climático.
Clima extremo
Si hablamos del clima extremo, el aumento de la temperatura está causando que las olas de calor en el verano lleguen a ser mortales en todo el mundo. Un informe de The Lancet estimó que casi 300 mil personas mayores de 65 años murieron por calor extremo en 2018, un aumento del 54% en dos décadas.
Estas condiciones sofocantes también están afectando a las personas que trabajan en el exterior, pues corren el riesgo de sufrir choques inducidos por el clima, alterando no solo su salud sino sus condiciones de vida y sustento.
Los desastres naturales también están cobrando vidas cada año. Incendios forestales, inundaciones, huracanes y tormentas tropicales agravan el sistema de salud, como las enfermedades trasmitidas por el agua contaminada o estancada después de una inundación, donde se pueden propagar sustancias químicas, aguas residuales y otros agentes patógenos dañinos para nuestro sistema.
Las altas temperaturas también pueden provocar sequías prolongadas, las cuales producen incendios forestales. A pesar de que la mayoría de estos incendios son causados por el hombre, no se puede descartar que las condiciones secas y más cálidas son el escenario ideal para que estos se propaguen y se hagan más difíciles de apagar.
Enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, zika y chikungunya son consecuencias de condiciones climáticas húmedas que pueden ser provocadas por exceso de lluvias y olas de calor. El virus del dengue continúan propagándose por Centroamérica y América del Sur, provocando problemas de desnutrición.
“Enfermedades como la malaria y el cólera que una vez estaban en vías de extinción ahora podrían regresar; el virus del Zika, que amenaza los cerebros de los bebés, está llegando a más partes del mundo”, indica un artículo de Climate Reality Project. “Otras enfermedades transmitidas por vectores incluyen la enfermedad de Lyme, el virus del Nilo Occidental, la fiebre del dengue, la plaga y más”.
Inseguridad alimentaria
La alimentación también está en juego dentro del cambio climático, pues la contaminación y las condiciones climáticas extremas pueden deteriorar el valor nutricional de los alimentos, lo que resulta ser un peligro aún más significativo para los niños y niñas en crecimiento.
Según un estudio de Nature, muchos cultivos producidos bajo los altos niveles de CO2 estimados para 2050 se verán reducidos en proteínas y nutrientes clave como el hierro y el zinc.
“Las deficiencias de zinc pueden afectar dramáticamente la función del sistema inmunológico y causar diarrea, retraso en la maduración sexual y lesiones en los ojos y la piel. Mientras tanto, una deficiencia de hierro puede provocar debilidad muscular, problemas del sistema inmunológico y cognitivos, dolores de cabeza, mareos y anemia. La importancia de una dieta diversa y rica en nutrientes para el desarrollo saludable de los niños no puede ser subestimada”.
El aumento de niveles de CO2 en el aire también pueden disminuir los nutrientes de alimentos esenciales para una dieta saludable en cualquier hogar, como el arroz y el trigo.
Destrucción de la naturaleza y pandemias
A pesar de estar actualmente dentro de una crisis de salud, poco se habla de las razones por las que estas pandemias suceden. La destrucción de los bosques y la caza y tráfico de vida silvestre son los principales culpables. El contacto de los humanos con animales y microbios que no pertenecen al hábitat urbano y las grandes industrias de ganadería, se producen aproximadamente el 70% de las nuevas enfermedades infecciosas, como es el caso del Covid-19, la gripe aviar, el ébola y VIH.
“El Covid-19 fue un disparo de advertencia de toda la naturaleza a nuestra especie”, según Aaron Bernstein, médico del Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Mundial de Harvard. “Pero hasta ahora los líderes mundiales están lejos de actuar. Escuchas de [ellos] sobre las acciones para supuestamente prevenir pandemias, pero la idea de prevenir sus causas profundas apenas se menciona, y mucho menos se discute”.
Es por esto que es tan importante respetar el hábitat natural de los ecosistemas y apoyar las leyes de conservación de los países ricos en biodiversidad. Si los líderes mundiales no actúan ahora ante esta problemática y trabajan de la mano con el medio ambiente, el Covid-19 será solo una de muchas pandemias que nos esperan en el futuro.
Salud mental
No hay que olvidar la importancia de la salud mental, la cual también se ve afectada por la crisis climática, de hecho, ya se le conoce como ecoansiedad o ansiedad climática. Para muchas personas, pero en especial para las generaciones más jóvenes, suele ser abrumador el futuro que nos espera.
Esta ansiedad o estrés no solo llega al investigar sobre el cambio climático, muchas veces puede ser consecuencia de un trauma tras experimentar sus impactos en la vida diaria, experimentar un huracán, olas de calor o la pérdida de un empleo afectado por las condiciones climáticas puede afectar negativamente tu salud mental.
“Las personas que enfrentan condiciones climáticas severas pueden experimentar síntomas graves de salud mental, incluido el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad”, explicó la Unión de Científicos Preocupados.
Pero no todo está perdido, pues esta preocupación por el futuro incierto también puede ser transformado en acción climática, la cual está uniendo a más personas cada día. Lo importante es reconocer que existe una crisis climática y luego, comenzar a buscar soluciones que causen un cambio positivo en el planeta, y esto puede ser desde tu rutina diaria, hasta cumplir con los compromisos climáticos por parte de los líderes mundiales.