Suscríbete
El mundo está invadido de plástico. El uso irracional de este material ha causado que se formen inmensas islas en los océanos, que los basureros de las ciudades estén repletos y que miles de animales mueran cada día. Es tal el impacto ambiental, que en muchas partes del mundo se están tomando medidas para revertirlo. En Colombia, por ejemplo, hace tres semanas empezó a cobrarse un impuesto a las bolsas plásticas como medida para desestimular su consumo.
Más allá de las críticas o el escepticismo sobre la efectividad de estas decisiones, lo cierto es que urge un cambio en la manera como los seres humanos nos relacionamos con el plástico. En ese sentido, una nueva alternativa acaba de aparecer en Indonesia. Un biólogo de ese país, llamado Kevin Kumala, encontró la manera de remplazar los polímeros con resinas de yuca. Así nació Avani I am not plastic (no soy plástico), una marca que promete revolucionar el mercado.
En Indonesia se cultivan más de 25 millones de toneladas de yuca cada año. Kumala logró sintetizar las fibras de este alimento y replicar el proceso que se usa para fabricar las bolsas de plástico, incluso utilizando la misma maquinaria. Las bolsas de yuca cumplen la misma función que las otras, y aunque son más costosas, se degradan en menos de 100 días y hasta se disuelven en agua.
Este texto apareció originalmente en Semana Sostenible, puedes encontrar el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana