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Los incendios comenzaron a principios de julio en Columbia Británica (Canadá), pero se han extendido en los últimos días, debido al clima caliente, seco y ventoso; se han esparcido hasta Washington y Oregón (Estados Unidos). Los incendios forestales han quemado 1.2 millones de hectáreas de bosques y pastizales, convirtiéndose en el segundo peor año de incendios forestales registrado en la provincia, y eso que falta todo agosto (el peor mes de la temporada).
Con cada año que pasa, los incendios están destruyendo cada vez más bosques de píceas, abetos, alerces y otros árboles que se extienden por Rusia, Canadá, Alaska y el norte de Europa.
Los bosques boreales en Siberia fueron un punto clave para la actividad del fuego. Pero ahora es el turno del bosque de Columbia Británica. Tormentas eléctricas iniciaron 140 incendios a principios de julio, según Mike Flannigan, experto en incendios forestales de la Universidad de Alberta (Canadá).
“Cualquier organización de manejo de incendios es bastante buena para lidiar con 5 a 10 incendios, pero no se puede tratar con 140 incendios en un día”, dijo.
Los vientos, en particular, han esparcido las llamas a través de los prados y sobre las crestas de las montañas, lo que hace difícil para los bomberos el control de una serie cada vez mayor de llamas. La provincia ha visto 868 incendios forestales este año, incluyendo 123 fuegos activos.
Los 1.2 millones de acres quemados son cuatro veces mayor que la superficie promedio quemada anualmente en los últimos 10 años. Este año tiene un largo camino por recorrer para superar el récord de 1958, cuando incendios forestales quemaron 2.1 millones de acres; la temporada está lejos de terminar.
“Este brote de fuego es consistente con el cambio climático”, dijo Flannigan. “En un artículo de 2004 declaramos categóricamente que el aumento del área quemada en Canadá es un resultado directo del cambio climático causado por el ser humano. Los eventos individuales se ponen un poco más difíciles de conectar, pero el área quemada se ha duplicado en Canadá desde los años 70 como resultado del calentamiento de la temperatura”.
Flannigan dijo que Canadá podría ver otro aumento de 3°C en la temperatura para el final del siglo. Los incendios masivos que arrojan actualmente el dióxido de carbono a la atmósfera contribuirán a ese aumento. A medida que la temperatura aumenta, los grandes incendios probablemente se volverán más comunes, lo que reforzará aún más el cambio climático. La turba (carbón ligero) que se encuentra bajo los bosques también podría quemarse, creando otro circuito de retroalimentación climático peligroso.
Una nueva investigación de Environmental Research Letters muestra que los incendios de coronas, el tipo más intenso de incendios forestales, podrían aumentar en probabilidad e intensidad a medida que las temperaturas aumentan hasta el punto en que los incendios podrían volverse incontrolables.
Este texto apareció originalmente en Climate Central, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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