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El cambio climático tiene su impacto en la zona alta de Tarija (Bolivia), donde existe una intensa sequía que ha provocado la desaparición de la Laguna Grande, con un diámetro de 16 kilómetros, en la cuenca de Tajzara.
Desde hace un par de semanas está sin el espejo de agua que le caracterizaba y al menos 46 especies de aves, que se proveen de alimento y están ligadas al medio acuático, migraron a otros lugares para sobrevivir. Junto a la Laguna de Pujzara, de menor diámetro, era un lago permanente y ahora se redujo a un pequeño charco y tierra que reflejan una triste realidad para los habitantes de poblados circundantes.
El jefe de protección de la Reserva Biológica de la Cordillera de Sama, José Alfaro, atribuyó este desastre a las bajas precipitaciones pluviales en los últimos años que no le permitieron recargarse y al ciclo hidrológico, porque entre 10 y 15 años se registra una sequía de gran magnitud.
Según datos registrados por guardaparques del área protegida, la Laguna Grande ya experimentó esta situación en 1975 y después en 1995 y la última vez en el 2005.
“En la cuenca de Tajzara tenemos unos espejos de agua que cuando están en su mejor época abarcan una extensión de 1,300 hectáreas, aproximadamente”, afirmó Alfaro.
Para el técnico del programa para camélidos de la ONG Prometa, Mateo Tapia, el incremento de la temperatura y la evaporación por las prolongadas radiaciones solares son también las causas.
Este texto apareció originalmente en Página Siete, puedes encontrar el original aquí.
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