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El calor que amenaza la vida durante semanas es cada vez menos una anomalía en ciudades de todo el mundo. Y es más que un inconveniente menor.
“Esperar el autobús 20 minutos con un tiempo de tres dígitos no sólo es desagradable, sino que también puede ser peligroso”, observa un artículo conjunto de Grist y Gizmodo.
Lidiar con este tipo de calor requiere más que intervenciones aisladas: techos reflectantes aquí o máquinas de niebla allá. Más bien, las crisis de verano recientes ha demostrado que la mayoría de los centros urbanos necesitarán considerar una renovación desde cero.
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El artículo se centra en cómo las ciudades, las empresas y los propietarios individuales con visión de futuro pueden tomar medidas para mitigar el calor. Algunas sugerencias para esta “metrópolis modelo” en una época de temperaturas en aumento:
Más del 75% de la luz solar que llega a las ventanas en verano se convierte en calor. Así, elementos sencillos como toldos y voladizos se recubren con pintura reflectante. Cada vez son más comunes las “ventanas inteligentes”, que cuentan con finas películas adhesivas para mantener el calor afuera y, al mismo tiempo, permanecer transparentes cuando hace frío.
Otras sugerencias: Pintar techos y paredes de blanco, especialmente a medida que mejora la “tecnología de pintura fría”. En lo que respecta a la construcción de viviendas, “materiales como la piedra, el hormigón, la arcilla y el barro tienen la capacidad de absorber y retener el calor en lugar de conducirlo al interior durante el día, lo que mantiene bajas las temperaturas interiores”. No tan bueno en eso: la madera.
Los captadores de viento (torres altas con forma de chimenea fijadas a los lados de casas y edificios) son excelentes sistemas de enfriamiento pasivo y aprovechan las diferencias de presión dentro de un edificio para aumentar la ventilación.
En áreas de recreación al aire libre: Ya sea natural o construida, la sombra puede reducir drásticamente las temperaturas y crear un ambiente de juego mucho más seguro para los niños. Un patio de juegos con sombra, ya sea de un olmo grande, una lona o alguna otra estructura, puede estar entre 30 y 40 grados más frío que las estructuras tradicionales de metal, que pueden alcanzar hasta los 87°C
“Si se planifica bien la densidad, se pueden construir de manera que no aumenten los riesgos de calor”, dice Sara Meerow, de la Universidad Estatal de Arizona.
Estructuras con sombra para proteger a las personas en las paradas de autobús y similares puede ser de gran ayuda para la movilidad urbana (no es un concepto nuevo, pero los diseños están mejorando).
Más árboles son otra simple, pero efectiva solución (los barrios de bajos ingresos generalmente tienen menos). Durante el verano, el área debajo de un árbol recibe sólo entre el 10% y el 30% de la energía del sol. La transpiración de agua a través de sus hojas también tiene un efecto refrescante y, combinada con la sombra, puede reducir las temperaturas entre 2 y 9 grados.
El diseño inteligente de flujo de aire para edificios grandes; y colocación cuidadosa de edificios nuevos (altos) para producir un efecto de “cañón urbano” para mantener las cosas más frescas en el terreno. Este efecto es aún más poderoso cuando se combina con árboles que amortiguan el calor del sol.
Otras sugerencias: Los nebulizadores de agua en zonas públicas, que ahorran agua y, por tanto, son adecuados para ciudades desérticas; vidrio reflectante para edificios; paredes “verdes” que utilizan hiedra o plantas similares; tecnología de “pavimento frío”.
Las grandes tiendas y los centros comerciales pueden tener aire acondicionado en el interior, pero tienden a estar desprovistos de árboles, congestionados con automóviles que emiten calor y rodeados de estacionamientos de asfalto. Lo mismo ocurre con las zonas manufactureras, donde las plantas de energía y las fábricas también dejan escapar calor a las calles circundantes.
Resolver esta acumulación térmica no es tan simple como instalar un nebulizador o aumentar el flujo de aire: los diseñadores urbanos deben planificar desde cero con materiales reflectantes y abundante sombra para reducir el efecto de isla de calor urbana y hacer que estos espacios comerciales sean seguros para el uso diario mientras la temperatura aumenta.
Las empresas pueden reducir el calor residual invirtiendo en tecnología de captura de calor. Esta captura puede hacer que un edificio sea más eficiente energéticamente al capturar del 20% al 50% de la energía que se desperdicia en forma de calor.
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Las zonas de amortiguación pueden utilizarse en las fábricas y plantas de energía, que utilizan enormes generadores día y noche, derramando calor sobre las calles circundantes. Los expertos dicen que la mejor manera de mitigar este calor es mediante un buen diseño urbano. Si una ciudad concentra fábricas en un vecindario, debería colocar una zona de protección alrededor de esas fábricas, separándolas de áreas residenciales con bosques o espacios verdes.
El transporte público efectivo puede ser la solución más utilizada y efectiva hasta el momento, si los autobuses y tranvías llegan a tiempo y en intervalos cortos, la gente puede planificar sus viajes para no tener que esperar 20 minutos en el calor de un automovil.
Para solucionar el calor acumulado en los estacionamientos, se recomienda cubrir los lotes con paneles solares (foto superior), que también sirven como estructuras de sombra. Los paneles no sólo evitan que los automóviles, las aceras y las personas se sobrecalienten, sino que la energía solar generada puede alimentar las tiendas cercanas, brindando a las empresas un descuento en sus facturas mensuales de energía.
Este texto apareció originalmente en Newser, puedes ver el original en inglés aquí.
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