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Para reconocer los beneficios de más y mejor información sobre financiamiento climático, Colombia trabajó con World Resources Institute (WRI) y sus socios en un nuevo sistema que ayuda a medir, informar y verificar (MRV) la cantidad de fondos destinados a proyectos de cambio climático.
A diferencia de las iniciativas anteriores de seguimiento del financiamiento climático, el sistema de Colombia cubre las fuentes financieras tanto para la adaptación como para la mitigación y pondrá los datos a disposición del público a través de una plataforma en línea. Este esfuerzo liderado por el gobierno, lanzado en línea el 27 de noviembre, registró más de 15,000 acciones de cambio climático, por un total de aproximadamente $ 6 mil millones de fuentes públicas (tanto nacionales como internacionales) para el período 2011-2015.
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Esto encaja en un sistema de información sobre el cambio climático más amplio que hará una referencia cruzada de datos sobre las finanzas climáticas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia y podría tener implicaciones para otros países en desarrollo.
La plataforma en línea del sistema presenta datos agregados e información a nivel de proyecto en infografías y mapas, lo que permite a los usuarios emplear diversos filtros para ver los datos financieros climáticos por sector, estado, municipio, fuente financiera e instrumento financiero, entre otras variables.
Los usuarios también pueden descargar las bases de datos directamente desde la plataforma. Esto ayudará a dar a los funcionarios del gobierno, los ciudadanos y otros usuarios una imagen más completa de los flujos de financiación climática, lo que podría conducir a una mejor toma de decisiones y responsabilidad. También fortalecerá los informes internacionales sobre finanzas, que es importante en el contexto del histórico Acuerdo de París.
Los datos sobre la financiación climática proporcionan a los países en desarrollo una visión general de cómo se utilizan las finanzas dentro de sus fronteras, incluidas posibles lagunas de financiación, lo que les permite gestionar mejor estos recursos. Por ejemplo, al conocer los niveles de financiamiento climático por región y/o sector económico, los gobiernos pueden unir prioridades y recursos de manera más efectiva. Con los datos financieros del clima, los ciudadanos de los países en desarrollo pueden controlar el uso de los recursos y responsabilizar a sus gobiernos.
Una mayor disponibilidad de datos también puede ayudar a que la financiación climática sea más transparente, incluida la financiación de los países desarrollados y las organizaciones internacionales y multilaterales de desarrollo como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Verde para el Clima. También puede brindarles a los países donantes y en desarrollo una idea más clara de hacia dónde va el dinero.
Los países que trabajan para mejorar los datos de financiamiento climático pueden aprender de la experiencia de Colombia.
La primera sería intentar obtener una definición de financiamiento climático que se adapte al contexto del país pero que siga siendo relevante a nivel internacional. Si bien el alineamiento con metodologías reconocidas internacionalmente como Rio Markers y la metodología de los bancos multilaterales de desarrollo para definir finanzas climáticas facilita la comparación entre geografías, es más probable que los actores nacionales usen consistentemente una definición que refleje una comprensión localmente relevante de la financiación climática.
Por ejemplo, aunque muchos países incluyen la generación de energía nuclear y de grandes hidroeléctricas como actividades de mitigación, los actores colombianos los dejaron de lado y enfatizaron otras tecnologías que están mejor alineadas con las prioridades del país.
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La segunda sería comprometerse con instituciones nacionales e internacionales que proporcionarán información para el sistema y trabajarán con ellos para formalizar sus roles. Para garantizar la aceptación de estos jugadores, fue fundamental mostrar cómo se beneficiarán del ejercicio de seguimiento.
Por ejemplo, la Agencia Presidencial para la Cooperación de Colombia y el Departamento Nacional de Planificación proporcionarán datos para actualizar periódicamente la información en el sistema. Pero estas y otras instituciones gubernamentales también serán usuarios importantes del sistema, ya que tienen el mandato de coordinar y planificar la implementación y el financiamiento de las acciones de cambio climático.
La tercera sería dejar espacio para mejorar la calidad de los datos. Los datos de financiación climática son difíciles de recopilar porque a menudo están dispersos en muchas fuentes, que varían en términos de calidad de los datos. El sistema de Colombia tendrá en cuenta la incorporación de más y mejor información sobre el clima a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, el sistema de Colombia permite agregar y cambiar la ubicación geográfica de una acción de cambio climático si la información no estaba disponible en el momento de su registro, pero está disponible posteriormente. Esto es fundamental para los proyectos respaldados por países desarrollados y organizaciones internacionales de desarrollo, ya que la ubicación exacta no siempre se establece al comienzo de su implementación.
Con una visión integral de la financiación climática en Colombia, los políticos deberían poder tomar decisiones informadas con mayor rapidez sobre cómo aprovechar y gestionar los flujos de financiación climática. Además, los actores nacionales y los donantes deberían estar mejor posicionados para verificar si la información reportada corresponde a los proyectos sobre el terreno. De cara al futuro, otros países pueden aprender de la experiencia de Colombia para implementar de manera efectiva los sistemas MRV específicos de financiamiento climático.
Este texto apareció originalmente en World Resources Institute, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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