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Venezuela solía tener cinco glaciares, actualmente solo queda uno. El último glaciar, conocido como Humboldt, está a punto de desaparecer. “Reducido a un área de diez campos de fútbol, la décima parte de su tamaño hace 30 años, desaparecerá en una o dos décadas”, informa el medio The Economist. Una vez que Venezuela pierda el Humboldt, se convertirá en el primer país de la historia moderna en haber perdido todos sus glaciares.
Se espera que el glaciar desaparezca por completo en diez o veinte años, y los científicos han expresado la importancia de estudiar el glaciar en sus últimas etapas. Sin embargo, la crisis política y económica en Venezuela hace que sea difícil estudiar el glaciar.
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En el pasado, los estudios han demostrado cómo el rápido retroceso de los glaciares afecta el ciclo del agua en las cuencas dependientes de los glaciares, lo que cambia la regulación y disponibilidad del agua. Por lo tanto, la desaparición del glaciar Humboldt tendrá un impacto en las comunidades locales a medida que la estabilidad de escorrentía y el suministro de agua para la agricultura cambien.
Walter Vergara, un especialista forestal y climático enfocado en la Iniciativa de Restauración Global en América Latina, dijo a GlacierHub:
“Esta es una tragedia que debe destacarse como una consecuencia más del comportamiento irresponsable en las economías de energía intensiva”.
Carsten Braun, director de la facultad en la Universidad Estatal de Westfield, en el oeste de Massachusetts (Estados Unidos), realizó un trabajo de campo glaciológico en el glaciar Humboldt en 2009, 2011 y 2015. Braun explicó a GlacierHub que incluso hace varios años el trabajo de campo era limitado. Consistió principalmente en un estudio GPS del margen de hielo, más algunas observaciones cualitativas básicas. Debido a la crisis en Venezuela, el glaciar Humboldt actualmente solo se está estudiando a través de teledetección por satélites.
Braun sugiere que “un estudio estándar de balance de masa y energía de glaciares sería factible en el glaciar y proporcionaría algunos datos básicos importantes sobre él y sus interacciones con el medio ambiente”.
Si bien algunas variables, como la cobertura de hielo y el reflejo de la radiación solar, se pueden estudiar a través de satélites, otras están mejor determinadas si los científicos pueden medirlas en el campo. Como la profundidad de la nieve y el hielo, los gradientes de temperatura en el glaciar y la precipitación.
“En este caso particular, el glaciar (probablemente) desaparecerá en el futuro cercano, y lo único que quedará será su impacto geomorfológico y evidencia en el paisaje”, dijo Braun. “Agregar algunos ‘recuerdos’ científicos cuantitativos sería una memoria complementaria importante”.
Ángel G. Muñoz, investigador postdoctoral en el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), en la Universidad de Columbia y la Universidad de Princeton (Estados Unidos), agregó que muchos factores impiden la investigación científica en Venezuela. La situación económica en las universidades, los centros de investigación y en el país en su conjunto, incluido el crimen, son solo algunos de los factores que hacen imposible que los científicos locales avancen en muchos campos.
Teniendo conocimiento de primera mano de estas dificultades, como resultado de sus actividades de investigación en el Centro de Modelamiento Científico de la Universidad Zulia en Venezuela, Muñoz dijo a GlacierHub que estas barreras se extienden a campos tan críticos como los estudios ambientales y de ecosistemas, que impactan tanto directa como indirectamente a la sociedad venezolana.
“La tasa precisa de contracción de los glaciares se debe a la interacción del cambio climático y la variabilidad natural, y solo a través de investigaciones bien conducidas e interdisciplinarias sabremos si hay alguna posibilidad de que los glaciares vuelvan en el futuro, o si los estamos perdiendo para siempre. Sin embargo, sigue siendo importante estudiar los cambios glaciales para los beneficios sociales y científicos”, señala Muñoz.
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Su desaparición reduce la disponibilidad de agua potable; cambios en los patrones atmosféricos que controlan la lluvia y las temperaturas; y una reacción en cadena de impactos a los ecosistemas circundantes que podría afectar la disponibilidad de alimentos para humanos y otras especies.
Es probable que Venezuela sea el primer país en perder todos sus glaciares, pero desafortunadamente no será el último. Según la NASA, los científicos calcularon que muchos glaciares tropicales desaparecerán en un siglo y, en algunos casos, décadas o años. Los Pirineos, en España, perdieron casi el 90% de su hielo glaciar en el siglo pasado (una cuarta parte desapareció entre 2002 y 2008), y el resto se espera que desaparezca en las próximas décadas. Indonesia, el único país en Asia tropical con glaciares, probablemente los perderá al final de esta década.
Este texto apareció originalmente en GlacierHub, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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