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Los efectos del cambio climático pueden facilitar el contagio de enfermedades infecciosas, especialmente las respiratorias, por los cambios que se ocasionan en el sistema inmunológico, declaró a EFE el infectólogo Arturo Martínez.
El aumento de la temperatura global determina cada vez más el comportamiento de fenómenos atmosféricos que provocan “cambios en la fisiología del cuerpo” y hace que “las personas que tengan afecciones pulmonares crónicas sean más susceptibles de adquirir enfermedades”, indicó.
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El coordinador de Infectología y Microbiología Clínica del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), de México, indicó que los más afectados son las personas que padecen de asma, enfisema pulmonar o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Los gases causantes del efecto invernadero que se están emitiendo, en su mayor parte dióxido de carbono (CO2), los hacen más susceptibles al daño pulmonar, aumentando la reactividad del órgano y finalmente propiciando el contagio de infecciones como la causada por el virus de la influenza.
“El cambio climático hace que un huésped susceptible sea todavía más susceptible a infecciones”, aseveró.
Las fuertes lluvias o el calor excesivo, así como los huracanes o los bruscos cambios de clima, todas ellas manifestaciones derivadas del calentamiento global, “hacen más fácil la transmisión de ciertas enfermedades: virus, bacterias, parásitos”.
No solo las personas vulnerables tienen más facilidad para contagiarse, sino que los pacientes sanos ven también afectado su sistema inmunitario debido a que “las condiciones que les rodean cambian”.
Cuando el entorno cambia, surgen variaciones en los hábitos que constituyen un cambio del estilo de vida. Por ejemplo, en lugares donde no llovía, ahora hay lluvias torrenciales o las temperaturas son más extremas, lo que lleva a “estar más tiempo en casa o lugares cerrados, estar con más gente, no comer adecuadamente o incluso deprimirse”.
Estas circunstancias “afectan al funcionamiento de nuestro sistema inmune”, señaló el especialista. Sumado a esto, Martínez apuntó que “si en lugar de estar en la calle en épocas veraniegas el frío te obliga a confinarte en lugares cerrados como centros comerciales o restaurantes, es más fácil que haya contacto con personas portadoras de un virus”, que de esa forma “se puede esparcir más rápido”.
En definitiva, “cambiar el estilo de vida y las actividades rutinarias hace más fácil que se transmita un virus”, expuso.
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Además de virus que afectan al sistema respiratorio, las “enfermedades transmitidas por vectores”, es decir, transportadas por organismos vivos como mosquitos, ven alterada su capacidad contagiosa. Los virus del dengue, el zika o el chikunguña son transmitidos por mosquitos y estos, como organismos vivos, también cambian su zona de actividad, obligados a migrar por los cambios de humedad y temperatura.
“El cambio climático en regiones tropicales y subtropicales también cambia la flora y fauna de las mismas y una de las cosas más importantes son los mosquitos”, explicó.
“Gracias al cambio climático encontramos picos (de incidencia) donde antes no había”, añadió el experto, aludiendo a “lugares donde antes no había mosquitos y ahora están llenos”, cambiando de localización los núcleos de influencia de dichas enfermedades.
Los virus que más están incrementando su transmisión debido a esto, de acuerdo con los estudios que se llevan a cabo en el INER, son el de la influenza y el renovirus, que causan neumonías y bronquitis, entre otros males.
En cuanto a las bacterias que más se están transmitiendo, el doctor enumeró el neumococo, la klebisella y otros organismos que no causan daño pulmonar pero afectan al ser humano de otras formas, como la leptospirosis o enfermedad de Weil (sin un tratamiento adecuado, puede causar daños en el riñón e hígado).
Esta enfermedad “se da mucho por estar en contacto con animales contaminados”, ya que los organismos infecciosos residen en la orina de las ratas, perros y gatos, así como en plantas contaminadas con dicha orina.
“Con el cambio climático, la migración de estos animales ha hecho más frecuente encontrar la leptospirosis en grandes ciudades cuando antes se solía encontrar en suburbios o zonas apartadas”, concluyó.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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