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En la Reserva de la Biosfera Maya del Petén en Guatemala, cuando cortan un árbol para fabricar cuellos de guitarras anotan el punto exacto, geolocalizándolo con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS). El objetivo es indicarle al comprador de dónde proviene la madera y a qué altura del árbol fue cortado ese trozo, a ese nivel de detalle llega el aprovechamiento.
El grupo musical estadounidense Maroon 5 visitó en 2015 uno de los talleres de carpintería de la Asociación Comunidades Rurales de Petén (ACOFOP), quienes trabajan en esta reserva, para conocer de dónde viene la madera con la que se hacen las guitarras que utilizan.
Esta asociación, conformada por más de 20 organizaciones comunitarias, aprovecha los árboles de tal manera que los compradores de madera pueden conocer de dónde proviene y certifican que fue obtenida de forma legal.
Este interesante modelo de aprovechamiento forestal del bosque en Petén se comienza a desarrollar en comunidades indígenas de Nicaragua con el proyecto Nuestra Tierra, Nuestros Bosques, financiado por la Unión Europea y ejecutado por la agencia de cooperación ICCO y el Consejo Nicaragüense de Certificación Forestal (CONICEFV).
Los pueblos indígenas que son beneficiados por este programa son los miskitos Twi Yahbra y Twi Wawpasa, de la Región Autónoma del Caribe Norte (RACN) y las comunidades chorotegas de Cusmapa, Izcaya, Mozonte, Totogalpa y Telpaneca.
Según Salvadora Morales, oficial de programas de ICCO, el objetivo de este proyecto es comenzar a construir una gobernanza forestal en estos pueblos indígenas y de esa forma encontrar un modelo de desarrollo sostenible.
Se les enseñarán los temas de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD) y Aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestales (FLEGT, por sus siglas en inglés).
En los pueblos indígenas del Caribe son beneficiados más de 150,000 personas en 15 comunidades y en los grupos chorotegas 44,000 pobladores en 40 comunas.
El Petén es un departamento del norte de Guatemala. En este se ubica la gran Reserva de Biosfera Maya que mide más de 2.1 millón de hectáreas. Su principal problema es el avance de la frontera agrícola sin un plan de aprovechamiento sostenible.
Teresita Chinchilla, directora técnica de ACOFOP, reveló que protegen 500,000 hectáreas a través de unidades de manejo por organización y un plan general de manejo que contiene la riqueza existente en el espacio que ellos administran, que son ríos, sitios arqueológicos, quebradas, etc. También realizan inventarios sobre los tipos de bosques que hay. Uno de los más avanzados métodos de aprovechamiento es la geolocalización del bosque con GPS.
“Esto es presentado al Consejo Nacional de Áreas Protegidas para que autoricen el aprovechamiento de árboles. Además, realizan una supervisión previa antes de la extracción y vuelven a supervisar después de la extracción”, dijo Chinchilla.
El aprovechamiento forestal es más un proceso de conservación comercial, explicó Chinchilla, porque debe haber rentabilidad en el manejo.
“No hay caminos para que las maquinarias entren y saquen la madera, porque eso tendría un impacto mayor en el ambiente y se vuelve más caro el aprovechamiento”.
La madera se saca por pequeños caminos que van a un solo camino principal. El promedio de extracción para un área es de 1 a 3 árboles por hectárea, que no causa un impacto ambiental significativo. Obtienen madera preciosa como cedro y caoba, con lo que se hacen productos como pisos y zócalos que son vendidos a mercados de Estados Unidos y Europa.
Este es un proceso complejo y técnico que tiene una base científica, comentó Chinchilla. Las comunidades protegen los sitios arqueológicos y se hacen delimitaciones para que no sean tocadas, de igual forma en lugares cercanos a fuentes de agua. Chinchilla comentó que todo esto lo han logrado en 20 años de construcción de gobernanza forestal. Cada organización tiene su asamblea comunitaria, su junta directiva, sus comités productivos para velar por el aprovechamiento de la madera.
Cada una tiene su propio sistema financiero, pero el total anual que producen es de $6 millones, equivalente a 1 millón de pies de madera. Al menos 4 millones de pies cúbicos de madera han aprovechado en los últimos cinco años y en diez han generado más de 45 millones. El precio promedio del pie de madera es de $4, detalló Chinchilla.
Otro método de aprovechamiento sostenible es que los árboles perfectos son seleccionados como semilleros, estos representan casi el 30%. Con el sistema de geolocalización mantienen los requisitos de la gobernanza forestal como son los temas REDD y FLEGT. De esa manera fue que el grupo musical Maroon 5 se interesó por conocer su proyecto.
“Trabajamos para hacer madera para cuello de guitarras, esta banda buscaba de dónde venía la madera de su guitarra, porque a ellos les dijeron que si sus instrumentos estaban hechos de madera ilegal cometían un error. Entonces buscaron dónde hacían los cuellos de guitarras de madera y en diciembre de 2015 ellos nos visitaron”, relató Chinchilla.
El proyecto Nuestra Tierra, Nuestros Bosques tiene una duración de 2017 a 2021, además de ACOFOP y CONICEFV, también participan FEPROAH de Honduras, Ya’axché Conservation Trust de Belice y UTZ CHE´, de Guatemala.
Salvadora Morales, de ICCO, declaró que en Nicaragua el proyecto se enfocará en el fortalecimiento de capacidades administrativas y financieras y en capacitar a los jóvenes sobre temas de aprovechamiento sostenible. También en fortalecer el proceso de organización. El espacio que abarcan las dos comunidades miskitos es de 20,000 hectáreas y los Chorotegas es de 18,000 metros cuadrados.
Este texto apareció originalmente en El Nuevo Diario, puedes leer la nota original aquí
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