Suscríbete
En el verano de 2014, el aumento de temperatura produjo una tormenta perfecta: precipitaciones excesivas y calor extremo. Esto, a la vez, provocó una súper floración de cianobacterias, algas azules tóxicas, lo que causó que se cerrara el suministro de agua potable durante varios días en Ohio, Estados Unidos.
En el verano de 2015, las algas se propagaron de nuevo.
En las décadas de 1960 a 1980, floraciones similares en el Lago Erie fueron comunes, luego disminuyeron, gracias a mejores controles de contaminación.
Pero, los brotes han aumentado una vez más en la última década, según la Administración Nacional Oceánica Atmosférica (NOAA).
Los científicos ya saben que el rápido calentamiento de los lagos aumentará el número y la intensidad de tales floraciones, así como otras perturbaciones como las zonas muertas que están privadas de oxígeno. Un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports ayuda a identificar qué lagos tienen más probabilidades de ser afectados, información que puede ayudar a las comunidades a desarrollar planes de adaptación en medio del cambio climático.
Basado en una evaluación de datos (desde 1991-2011), el estudio concluyó que los lagos profundos en climas fríos, incluyendo los Grandes Lagos, son los que están más expuestos. A medida que la acumulación de gases de efecto invernadero continúa, algunos lagos ya han pasado los puntos de inflexión climática. Muchos otros podrían romper los umbrales críticos de temperatura en las próximas décadas.
Los lagos profundos se están calentando rápidamente porque almacenan el calor durante mucho tiempo y por el contrario, los lagos más pequeños y poco profundos también se están calentando, pero pueden enfriarse relativamente rápido cuando las temperaturas bajan. Los lagos en climas fríos son fuertemente afectados por el calentamiento global ya que su cubierta de hielo se derrite cada año.
La autora principal, Iestyn Woolway, de la Universidad de Reading, dijo que una de las mayores preocupaciones es cómo los lagos responderán a eventos de extremo calor. Algunos lagos pueden ser capaces de responder a los cambios graduales en la temperatura, pero la investigación muestra que los grandes cambios ya han golpeado duramente a los lagos, dijo.
“El rápido aumento de la temperatura observado en los lagos durante los últimos 100 años podría causar daños generalizados al ecosistema“, dijo Woolway.
Cuando las temperaturas de la superficie del lago aumentan más de lo que es normal antes de la primavera, el ciclo natural se interrumpe, porque el agua fría que está en la profundidad, sube. Esto genera zonas muertas, áreas donde no hay oxígeno, en lo profundo. Se cree que estas zonas aumentarán en un 25% para finales de este siglo.
La investigadora de la Universidad Estatal de Illinois, Catherine O’Reilly, dijo que no hay duda de que el cambio climático transformará los lagos.
“Es probable que estos puntos de inflexión o umbrales se generen no sólo por el cambio climático en sí, sino por las interacciones entre el cambio climático y otros factores, como las oscilaciones climáticas, entre ellas El Niño. Pero ahora, cada año se marca un nuevo récord y porque el clima en sí no vuelve a la normalidad, el lago nunca es capaz de recuperarse por completo”, dijo O’Reilly.
Saber qué lagos son susceptibles y cuándo ocurrirá, ayudará a las comunidades a prepararse para los impactos, dijo el investigador del Instituto Politécnico Rensselaer, Kevin Rose. Más allá de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento, los científicos enfatizan que el mantener los ecosistemas saludables es la mejor manera de hacerlos resistentes al cambio climático y a otros impactos. Para los peces y otros organismos de agua dulce, la clave para la supervivencia puede ser la movilidad.
“Si hay menos barreras para la dispersión entre lagos, como las presas y las alcantarillas, entonces los peces y otras especies pueden moverse entre cuerpos de agua para encontrar un mejor hábitat. Eliminar las barreras podría ayudar a las especies a mantener sus rangos de temperatura preferidos” dijo Rose.
La mayoría de las medidas de mitigación se basarían en condiciones específicas del sitio, dijo Woolway. El aumento del monitoreo ayudaría a detectar los cambios de temperatura en tiempo real para rastrear el potencial de cualquier perturbación ecológica.
“Crear santuarios climáticos sin duda ayudaría a algunas especies amenazadas y limitaría el impacto de las especies no nativas de dominar un nuevo sistema”, concluyó.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana