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Según un nuevo informe, la devastación de los huracanes Harvey, Irma y María, además de decenas de incendios forestales que se extendieron a través del oeste de los Estados Unidos, a principios de agosto, podría resultar en la más costosa cadena de eventos meteorológicos en la historia del país.
Los costos de los daños que podrían llegar a ser de casi $300,000 millones, según las primeras estimaciones de los autores del informe “The Economic Case for Climate Action in the United States” por el Fondo Ecológico Universal sin fines de lucro. Si tienen razón, el costo del daño sería equivalente a casi la mitad del presupuesto presentado por el presidente Donald Trump para el Departamento de Defensa en 2018.
“Simplemente, cuanto más combustibles fósiles quemamos, más rápido el clima continúa cambiando y costando. Por lo tanto, la transición a una economía baja en carbono es esencial para el crecimiento económico y es más barata que los costos gigantescos de la inacción”, dijo el co-autor del informe Robert Watson, un ex presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
El informe encontró que en la última década, Estados Unidos ha perdido un promedio de $240 mil millones al año; se espera que siga aumentando. En el próximo decenio, las pérdidas económicas y los costos de salud podrían alcanzar los $360,000 millones anuales, según el informe.
Un estudio publicado en la revista Science en junio encontró que cada 1°C que el planeta se calienta podría estar asociado con una pérdida de aproximadamente el 1.2% del PIB de los Estados Unidos. Los autores encontraron que esos impactos no estaban distribuidos uniformemente y podrían dar lugar a una mayor desigualdad.
Los impactos de las condiciones climáticas extremas no están uniformemente repartidos entre los estados. En la última década, Texas ha tenido 32 tormentas con pérdidas económicas superiores a $1 mil millones de dólares, cuatro veces más que en la década de los noventa. Oklahoma e Illinois han tenido cada uno 23, un aumento de cuatro veces para Oklahoma y un aumento de seis veces para Illinois.
En la última década, Luisiana ha sido golpeada por cuatro huracanes que pasaron el umbral de $1 mil millones por daños y cuatro inundaciones resultantes de huracanes o tormentas severas con costos así de altos. En uno de esos eventos, 76 centímetros de lluvia cayeron en el sur de Luisiana durante varios días de agosto de 2016, dañando o destruyendo más de 50,000 hogares, 100,000 vehículos y 20,000 negocios, según el informe. El costo alcanzó los $10,000 millones y el 75% de las personas afectadas no tenían seguro.
“Los costos fiscales de los huracanes son más altos de lo que pensamos”, dijo Tatyana Deryugina, profesora de finanzas de la Universidad de Illinois, que no participó en el estudio. “La mayor parte del tiempo, cuando la gente piensa en cuánto cuesta un huracán, piensa en la ayuda, pero también aumentan los gastos médicos públicos y el desempleo”.
En el sector agrícola, las sequías provocadas por el cambio climático han generado pérdidas de $56,000 millones en el centro y el oeste de Estados Unidos desde 2012.
A medida que avanza el cambio climático, las ciudades costeras como Miami, Boston, Nueva York, Seattle y San Diego son las más amenazadas por el el aumento del nivel del mar.
“La pregunta es cuándo y cuánto subirá el nivel del mar”, dijo James McCarthy, profesor de oceanografía en la Universidad de Harvard (EE. UU.) y coautor del informe. “Están en juego vidas y casi $1 billón en bienes raíces en las zonas costeras”.
El informe pide un uso más eficiente de la energía y un cambio hacia fuentes de energía renovable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están impulsando el cambio climático.
“Proteger a los estadounidenses de la escalada de pérdidas económicas y costos debido a los impactos del cambio climático puede ocurrir”, dijo Watson. “Se necesitará un mayor uso eficiente de la energía en todos los sectores, se duplicará o triplicará la electricidad libre de carbono y se ampliará la generación de combustibles fósiles con captura y secuestro de carbono, junto con la instalación de un impuesto sobre el carbono”.
Aunque el consenso científico de que las actividades humanas están impulsando el cambio climático es claro, hay un grado de incertidumbre. Peter Howard, director de economía del Instituto para la Integridad de Políticas de la Universidad de Nueva York, dijo que si bien los escépticos pueden aprovechar esa incertidumbre como una razón para no hacer nada, desde una perspectiva económica, la incertidumbre sugiere que deberíamos hacer más.
“Los seres humanos, en general, son reacios a correr riesgos, es científicamente comprendido”, dijo. “Con el gobierno se puede hacer una distribución de riesgos, pero no se puede hacer eso con el cambio climático, porque todos vamos a ser afectados”.
Este texto apareció originalmente en Inside Climate News, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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