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Compromiso y responsabilidad ecológica son cualidades que definen a José Iván Arias García, un caminante ecológico de Colombia que está dispuesto a cuidar del río Quindío en el municipio de Salento.
Desde hace cuatro años realiza caminatas ecológicas y con el tiempo se fue dando cuenta que el caudal del río ya no era el mismo, y como las instituciones gubernamentales no tomaban cartas en el asunto, Jose Iván decidió sembrar árboles para revivirlo.
Un día decidió invitar a varios amigos para sembrar árboles y les explicó el porqué era importante y necesario hacerlo. Todos mostraron un profundo interés, al ver eso, Jose Iván tomó una serie de fotografías y las publicó en Facebook. Esto llamó la atención de muchas personas, la propuesta les pareció muy interesante.
Desde entonces, la gente se unió y la Fundación Proyecto 100 Mil se formó. Actualmente hay 300 voluntarios, entre ecologistas, estudiantes universitarios, comerciantes; hay personas de todas las edades. Y todos van a las caminatas y siembras por el mismo fin: sembrar 100 mil árboles.
Y es que al compartir fotografías de cada siembra y que los voluntarios que participan invitan a sus familiares y sus amigos les dicen a otros amigos que se unan, el grupo crece poco a poco. La fundación también ha dado charlas ecológicas en colegios y universidades para que se animen a dejar su huella y aporten un grano de arena, en este caso la mayor cantidad de árboles que puedan sembrar, para combatir el cambio climático.
Los árboles que se siembran son nativos del sector y son colocados en la parte alta y media de los nacimientos que surten al río Quindío.
Entre todas las jornadas llevan un total de 3,200 árboles sembrados. Todavía hay camino por recorrer y vida por sembrar, claro que van por más. Por ello la fundación quiere seguir creciendo, que los voluntarios sigan llegando a las caminatas y que otras iniciativas, organizaciones o empresas se unan a la causa y apoyen.
Por el momento, Jose Iván recibe camisetas y las vende a un precio para que el restante de la venta la pueda utilizar para comprar los árboles (que no son muy económicos). Al equipo le interesa encontrar un patrocinador interesado en la conservación del medio ambiente, consideran que esto les permitirá sembrar árboles más rápido. Al igual que, siempre será bienvenido el voluntario con actitud, conciencia ecológica y disposición para hacer la diferencia y proteger el río.
En octubre, el proyecto ganó el reconocimiento de Cuidador del Agua 2017, por “su compromiso con la conservación del recurso hídrico”. Esto, dice José Iván:
“Es una motivación para seguir adelante con el proyecto y para que la comunidad en general se dé cuenta que hay voluntarios preocupados por la problemática mundial (cambio climático) y que se está haciendo algo al respecto”.
¡Y es que el número no se quedará en 100 mil, sino en 1 millón!
Personas como José Iván y los voluntarios que siembran esperanza hacen la diferencia. ¡Únete a la causa y recuerda que en tu comunidad puedes ser un agente de cambio y dar vida a este hermoso planeta!
Conoce más de su trabajo y entérate de las próximas caminatas de siembra aquí.
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