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Desde los Everglades en los Estados Unidos hasta la Gran Barrera de Coral en Australia, el cambio climático está destruyendo muchas de las maravillas más destacadas del mundo natural.
Un nuevo informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) revela que el número de sitios del patrimonio mundial natural dañados y en riesgo por el calentamiento global casi se ha duplicado (62) en los últimos tres años.
Los que están en alto riesgo incluyen lugares icónicos como las Islas Galápagos al Amazonas central y sitios menos conocidos pero igualmente vibrantes y únicos, como las cuevas kársticas de Hungría y Eslovaquia y las reservas de la mariposa monarca en México.
Los arrecifes de coral se ven especialmente afectados por el aumento de las temperaturas oceánicas, desde las islas Seychelles hasta Belice, donde se encuentra el arrecife más grande del hemisferio norte. El calentamiento global también está causando que los glaciares de montaña disminuyan rápidamente, desde el Kilimanjaro en Tanzania hasta las Montañas Rocosas en Canadá y los Alpes suizos Jungfrau-Aletsch, hogar del glaciar alpino más grande.
Otros ecosistemas dañados son los humedales, como los Everglades, donde el nivel del mar aumenta a medida que el océano se calienta y el agua salada se está inmiscuyendo. En el bosque de manglares de Sundarbans en el delta de los ríos Ganges, Brahmaputra y Meghna en la Bahía de Bengala, dos islas ya han sido sumergidas y una docena más están amenazadas.
El creciente número de incendios forestales está dañando los bellos paisajes florales de Fynbos en la región del Cabo de Sudáfrica y el sitio de la mariposa monarca en México. Por otra parte, el calentamiento está descongelando el permafrost en el recién declarado sitio de patrimonio mundial de Qinghai Hoh Xil, que se encuentra a 4,500 metros de altitud en la meseta Tibetana-Qinghai (Asia oriental).
Australia está especialmente expuesta ya que cuenta con 10 sitios de patrimonio natural donde el daño por el cambio climático se clasifica como de alto o muy alto riesgo, desde sus bosques lluviosos de Gondwana hasta Shark Bay en el oeste de Australia e islas como Fraser y Macquarie.
El nuevo informe de la UICN se presentó en la COP23. “La protección de los sitios del patrimonio mundial es una responsabilidad internacional de los mismos gobiernos que se han suscrito al Acuerdo de París”, dijo Inger Andersen, directora general de la UICN.
“Este informe les envía un mensaje claro: el cambio climático actúa rápidamente y no está perdonando los mejores tesoros de nuestro planeta. Esto subraya la necesidad de compromisos y acciones nacionales urgentes y ambiciosos para implementar el acuerdo”.
El cambio climático también amenaza el patrimonio de la humanidad
El cambio climático es uno de una serie de factores que significa que aproximadamente un tercio de los 241 sitios del patrimonio natural del mundo están siendo dañados, y las especies exóticas invasoras son la principal amenaza. Luego, después del calentamiento global, viene el turismo insostenible, seguido de otros problemas como la caza furtiva y la construcción.
El Príncipe Carlos, el heredero del Reino Unido y ambientalista, dijo:
“El cambio climático se está convirtiendo en la amenaza de más rápido crecimiento, sus impactos ya son visibles en muchos de los sitios. Este informe destaca la necesidad, increíblemente urgente, de acelerar la respuesta mundial al cambio climático”. Se prevé que en el futuro se dañen otros 55 sitios en todo el mundo a menos que se reduzca el calentamiento.
“Los sitios del patrimonio mundial natural también juegan un papel crucial en el apoyo a las economías locales y los medios de vida”, dijo Tim Badman, director del Programa de Patrimonio Mundial de la UICN. “Su destrucción puede tener consecuencias devastadoras que van más allá de su belleza excepcional y valor natural. En el parque nacional Huascarán de Perú, por ejemplo, el deshielo de los glaciares afecta el suministro de agua para las personas”.
El informe incluye algunas historias de éxito, que muestran que la destrucción de los sitios más preciosos de la naturaleza se puede abordar. En el parque nacional de Comoé en Costa de Marfil, por ejemplo, las poblaciones de elefantes y chimpancés se han recuperado gracias a una mejor gestión y apoyo internacional después del final de los conflictos.
Pero en general, el número de sitios en buen estado ha disminuido, ante esto, Andersen se cuestionó:
“Si no podemos asegurar la protección de la más alta calidad para las áreas naturales más preciadas del mundo, ¿qué dirá esto de nuestra capacidad para cumplir nuestros compromisos colectivos con el planeta, incluido el Acuerdo de París?”
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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