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¿Acaso Francia debe simplemente acostumbrarse a las inundaciones?
El río Sena de nuevo se desbordó de su cauce tanto en París como en varias ciudades aledañas, tan solo un año después de alcanzar su nivel más alto desde 1982.
Un total de 13, de los 96 departamentos administrativos de Francia, estaban en alerta de inundaciones, y el organismo de monitoreo Météo-France ha llamado a este el invierno más húmedo desde 1959.
Algunos expertos sugieren que es probable que el cambio climático vuelva este tipo de sucesos más frecuentes. De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó un estudio que argumenta que París y el resto de la cuenca del Sena necesitan mayor protección contra el riesgo de una inundación catastrófica.
“Todo lo que podemos hacer es instalar andamiaje para hacer un pontón (embarcación o casco) y esperar que el nivel del agua no aumente mucho más”, dijo Diane Bourlier, de 63 años, quien vive en una casa flotante en París.
Bourlier está entre los parisinos que tuvieron suerte, ya que mil personas fueron evacuadas de sus casas en la región de París y unos mil hogares habían tenido apagones, de acuerdo con la prefectura de la policía. Los ríos crecieron en todo el país y provocaron evacuaciones y el cierre de carreteras e infraestructura.
En París, donde el nivel del Sena superó los cinco metros, el tránsito del río fue interrumpido y las calles a lo largo de los bancos del río permanecieron cerradas. Una porción central de la línea de tren RER C fue clausurada y el gobierno parisino activó un plan que le permitiría reubicar labores de algunos ministerios si la situación empeora.
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En las inundaciones de junio de 2016, cuando hubo cuatro muertos en Francia, el nivel del Sena llegó a los seis metros. Durante esas inundaciones, tuvieron que cerrarse varios monumentos, entre ellos el Louvre, de donde tuvieron que sacar a las obras de arte. Hasta el momento han permanecido abiertos los museos, aunque el Louvre cerró la planta baja de su departamento de arte islámico. Las autoridades de la ciudad también han hecho un llamado para que la gente se aleje de las orillas del río.
Aunque algunos expertos dijeron que era difícil determinar si el calentamiento global está detrás de la inundación, otros advirtieron que estaba surgiendo un patrón preocupante.
“Debido al cambio climático, podemos esperar que las inundaciones en la cuenca del Sena sean por lo menos tan frecuentes como lo son en este momento”, dijo Florence Habets, una investigadora en el CNRS, el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia. “Cuanto más reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero, más disminuiremos nuestro impacto en las sequías y las inundaciones”.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, mencionó los desafíos a largo plazo:
“Más allá de la emergencia, este fenómeno de inundaciones, que cada vez es más recurrente en París, nos recuerda la importancia que la adaptación al cambio climático tiene para nuestra ciudad”, tuiteó.
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La vicealcaldesa Colombe Brossel dijo en una entrevista telefónica que aunque la situación era grave, las inundaciones tendrían pocas consecuencias concretas en París.
En efecto fueron mucho menos severas que algunas que la ciudad sufrió durante el siglo pasado. En 1910, el Sena se elevó por encima de los 8.5 metros y le dio a París “la apariencia de un lugar aquejado por la calamidad”, de acuerdo con un reporte de ese entonces del The New York Times.
Aunque los funcionarios locales dijeron que ahora estaban preparados para enfrentar condiciones similares, los expertos de la OCDE calcularon que una catástrofe como esa podría afectar a cinco millones de personas y costar hasta 30.000 millones de euros (cerca de $37.000 millones).
En su estudio publicado el 22 de enero, señalaron que aunque París había implementado más políticas de prevención de inundaciones desde 2014, las iniciativas de las autoridades seguían siendo limitadas en comparación con los riesgos que enfrentaba la ciudad.
“Los ejemplos de la reconstrucción de un Nuevo Orleans resistente después del huracán Katrina o de Nueva York después de Sandy podrían inspirar a París para que construya su propia resistencia antes de que llegue el desastre”, escribieron.
Las fuertes lluvias también inundaron zonas del este y el noroeste de Francia; causaron bloqueos en carreteras y anegaciones en hogares que ya se habían visto afectados por las lluvias torrenciales de 2016.
Una de las zonas más afectadas fue el pueblo de Villeneuve-St.-Georges, a 16 kilómetros al sur de París, donde el ejército ayudó a los residentes a evacuar sus hogares y trasladarlos en lanchas a través de las calles inundadas con agua turbia y desperdicios.
“Para algunas personas, esta es la segunda vez en dieciocho meses que han sido víctimas de inundaciones”, dijo Alexandre Boyer, un concejal local. “Está empezando a ser demasiado”.
Este texto apareció originalmente en The New York Times, puedes encontrar el original aquí.
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