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Según un nuevo análisis, la huella de carbono de algunas de las ciudades más grandes del mundo es un 60% más alta de lo que se había estimado anteriormente; cuando se incluyen todos los productos y servicios que consume una ciudad.
El informe fue divulgado en la Conferencia de Ciencias del Cambio Climático y Ciudades del IPCC en Edmonton (Canadá) y calculó las emisiones de carbono de los alimentos, la ropa, la electrónica, los viajes aéreos, los materiales de construcción y demás, consumidos por los residentes pero producidos fuera de los límites de la ciudad.
Las ciudades del mundo emiten el 70% del dióxido de carbono del mundo, y eso es más probable cuando se incluyen las emisiones de consumo, dijo el autor del informe Michael Doust, director del programa en C40 Cities, una red de ciudades del mundo comprometida con el cambio climático.
“Nos falta la otra cara de la moneda si solo medimos las emisiones involucradas en la producción de alimentos, energía u otros productos y servicios”, dijo Doust en una entrevista en Edmonton.
“Conocer cuáles son las emisiones de consumo y dónde, las ciudades y los residentes pueden tomar mejores decisiones sobre cómo reducir sus emisiones de carbono”.
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Las “ciudades de consumo” ricas como Londres, París, Nueva York, Toronto o Sídney que ya no cuentan con grandes sectores industriales han reducido significativamente sus emisiones locales. Sin embargo, cuando se incluyen las emisiones asociadas con el consumo de bienes y servicios, las emisiones de estas ciudades han crecido sustancialmente y se encuentran entre las más altas del mundo por persona, según el informe.
Mientras tanto, las ciudades de “productores” en India, Pakistán o Bangladesh, generan mucha contaminación industrial y emisiones de carbono en la fabricación de productos que se venderán y consumirán en Europa y América del Norte.
El informe examinó las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a bienes y servicios consumidos por residentes de 79 ciudades de la red C40, incluidos alimentos, ropa, equipos electrónicos, viajes aéreos, camiones de reparto e industrias de la construcción.
“Todavía estamos yendo en la dirección equivocada sobre el cambio climático”, dijo Mark Watts, director ejecutivo de C40 Cities. Las emisiones globales de carbono han aumentado un 60% desde el acuerdo internacional de Kioto de 1997 para reducir las emisiones.
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“Usar más energía renovable y transporte masivo no será suficiente para revertir esto”, dijo Watts. “Tenemos que reducir nuestro consumo”.
“Esta nueva investigación ayudará a los responsables políticos de cada ciudad a comprender mejor el verdadero impacto de su ciudad en el cambio climático global, y así desempeñar un papel de liderazgo cada vez mayor en la acción climática”, concluyó.
Este texto apareció originalmente en National Geographic, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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