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La Gran Barrera de Coral ha “muerto” al menos cinco veces en los últimos 30,000 años, ya que trabajó para mantenerse al día con los cambios ambientales repentinos, según un estudio reciente.
Un equipo internacional de investigadores sugiere que la criatura más grande de la Tierra se ha tenido que adaptar al aumento y la disminución de los niveles del mar, lo que obligó al arrecife a moverse para sobrevivir.
Dos muertes generalizadas ocurrieron hace 30,000 y 22,000 años, según el estudio. En ambas, se vio involucrada la exposición subaérea, lo que significa que el arrecife estaba expuesto al aire. En ese momento, el arrecife se desplazó hacia el mar para tratar de mantenerse al ritmo de la caída del nivel del mar.
El Último Máximo Glacial vio dos muertes más en el arrecife hace 17,000 y 13,000 años debido a un aumento repentino en el nivel del mar, lo que provocó que el arrecife migrara hacia la tierra en un esfuerzo por mantener el ritmo.
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El último evento mortal ocurrió hace aproximadamente 10,000 años y parece haber sido provocado por cantidades masivas de sedimentos alrededor del arrecife y la mala calidad del agua resultante, además del aumento general del nivel del mar.
“Nuestro estudio muestra que el arrecife ha sido capaz de recuperarse de los eventos mortales del pasado durante la última glaciación y desglaciación”, dijo el autor principal y profesor asociado de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sydney, Jody Webster, en un comunicado. “Sin embargo, descubrimos que también es muy sensible al aumento de la entrada de sedimentos, lo que es preocupante dadas las prácticas actuales de uso de la tierra”.
Los investigadores utilizaron datos de núcleos de arrecifes fósiles recolectados de 16 sitios alrededor de Mackay y Cairns (Australia) y observaron el marco temporal justo antes de que ocurriera el Último Máximo Glacial hace aproximadamente 20,000 años. En ese momento, los niveles del mar estaban a más de 115 metros por debajo de donde están hoy.
Según los científicos, es probable que el arrecife haya podido adaptarse con el tiempo gracias a los hábitos de sus corales y algas coralinas, así como a la capacidad del ecosistema para moverse lateralmente entre aproximadamente 0.60 metros y 1.5 metros anualmente.
A pesar de la capacidad del ecosistema para migrar, Webster dijo que el ritmo al que se mueve probablemente no sea suficiente para sobrevivir a las tasas actuales de temperaturas que suben en la superficie del mar, las fuertes caídas en la cobertura de coral, los sucesivos blanqueamientos de corales y un aumento en sedimento.
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“Tengo serias preocupaciones sobre la capacidad del arrecife en su forma actual para sobrevivir al ritmo del cambio causado por las muchas tensiones actuales y las proyectadas en el futuro cercano”, dijo Webster.
“Nuestro estudio muestra que además de responder a los cambios en el nivel del mar, el arrecife ha sido particularmente sensible a los flujos de sedimentos en el pasado y eso significa que en el período actual debemos comprender cómo las prácticas de la industria primaria están afectando la entrada de sedimentos y la calidad del agua en el arrecife”, agregó.
“Si se puede preservar partes de él y minimizar el daño, en escalas de tiempo más largas, se puede ayudar a restablecerlo como lo hizo él en el pasado”, dijo el investigador del ARC Centre of Excellence for Coral Reef Studies, Tom Bridge.
Este texto apareció originalmente en The Weather Channel, puedes encontrar el original en inglés aquí. |
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