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Las Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordó formas amplias de hacer frente a los millones de migrantes que se desplazan de un país a otro, superando las cuestiones “difíciles” y de “desconfianza” para elaborar el primer pacto migratorio, dijeron las autoridades.
El acuerdo no vinculante, aprobado por los 193 países miembros, excepto los Estados Unidos que se retiró el año pasado, apunta a que la migración sea segura y ordenada en medio de cuestiones de soberanía nacional y cooperación internacional, dijeron funcionarios de la ONU.
El movimiento se produjo después de la crisis migratoria en Europa en 2015, que registró la mayor afluencia de refugiados y migrantes desde la Segunda Guerra Mundial, dijeron las autoridades. La crisis agotó los recursos y provocó el miedo a los extranjeros y las tensiones nacionalistas.
Alrededor de 250 millones de personas en todo el mundo son migrantes, según los datos de la ONU, o el 3.4% de la población mundial.
“La migración es un hecho. Ha estado aquí por siglos. Ha llegado para quedarse por más siglos”, dijo en una conferencia de prensa Miroslav Lajčák, presidente de la Asamblea General de la ONU.
“Pero nunca hemos tenido un instrumento que nos ayuda a gobernar, a gestionar este proceso. Hemos estado en el modo reactivo”.
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El Pacto Mundial para Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares oficial aborda por qué las personas migran, cómo protegerlos, cómo integrarlos en nuevos países, cómo regresarlos a sus hogares y otros asuntos.
El embajador Jurg Lauber de Suiza, que ayudó a gestionar las negociaciones del pacto, lo llamó un “catálogo de medidas” en lugar de un conjunto de reglas “de talla única”.
“La fuerza del documento es su valor práctico”, dijo a la Fundación Thomson Reuters.
La adopción formal está programada para diciembre en Marruecos. Se acordó por 192 países miembros, después de que Estados Unidos dejó las negociaciones diciendo que no era compatible con la soberanía del país.
La prensa húngara informó que el ministro de Relaciones Exteriores de Hungría podría proponer que Budapest se retire del pacto porque podría ayudar al flujo de inmigrantes a Europa.
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Llegar a un acuerdo sobre el pacto requería superar la desconfianza entre algunas naciones, dijo el embajador Juan José Gómez Camacho de México, quien también ayudó a dirigir las conversaciones. Dijo que uno de los objetivos del pacto es luchar contra el tráfico humano, que era “un cáncer del fenómeno de la migración”.
“El tema de la migración es altamente político, y hay naturalmente desconfianza entre los países en esto”, dijo a la Fundación Thomson Reuters. “Necesitábamos fortalecer la confianza, generar confianza”.
Este texto apareció originalmente en Thomson Reuters Foundation, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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