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Cada vez se rompen más récords tanto de temporadas de lluvia como de sequía en todo el mundo. Esto tiene consecuencias desastrosas para quienes viven bajo dichos climas extremos, de acuerdo con un estudio que ofrece nuevas evidencias de los efectos del cambio climático en la actualidad.
Las lluvias intensas, así como la ausencia absoluta de ellas, afectan a cantidades incalculables de personas: desafían a las economías, interrumpen la cadena de producción de alimentos, crean incertidumbre y generan migraciones. De esta manera, los factores que propician niveles excepcionales de inundaciones o sequías en ciertas zonas del mundo pueden definir el destino de las naciones.
El estudio dice que “es probable que el cambio climático siga alterando la prevalencia de cifras récord en los meses de sequía y de lluvia en el futuro, con consecuencias graves para la producción agrícola y para la seguridad alimentaria”.
Los episodios de lluvia intensa, con inundaciones graves, se presentan cada vez con más frecuencia en los estados del centro y el este de Estados Unidos, así como en el norte de Europa y Asia.
La cantidad de meses que registran precipitaciones superiores a la media aumentó más del 25% en los estados del centro y del este de Estados Unidos entre 1980 y 2013. En esas regiones, la lluvia intensa provocada por los huracanes puede ser excesivamente costosa. En 2017, los huracanes Harvey, Irma y María produjeron un total de $306,000 millones en daños a causa de los sucesos provocados por el clima extremo en Estados Unidos.
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En cambio, en algunas zonas de África se vive durante más meses con una notable falta de lluvia. La cantidad de meses de sequía aumentó casi el 50% en África subsahariana durante el periodo de estudio.
Jascha Lehmann, científico del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en Alemania, y autor principal del estudio, comparó los incidentes de clima extremo con lanzar un dado:
“En promedio, en una de cada seis ocasiones obtendrás un seis”, explicó. “Pero, al lanzar una gran cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera, la humanidad ha cargado los dados. En muchas regiones, obtenemos seises con una frecuencia mucho mayor, con un grave impacto en la sociedad y en el medio ambiente”.
Aunque la mayoría de las investigaciones respecto al cambio climático se basan en modelos complejos para realizar sus proyecciones, este nuevo trabajo interpreta información pluvial que ya se observó mensualmente en 50,000 estaciones meteorológicas en todo el mundo, compilada por el Centro Mundial de Climatología de las Precipitaciones, en Alemania.
“Eso no quiere decir que los modelos no sean buenos”, dijo Lehmann en una entrevista, pero indicó que la información a partir de fenómenos ya observados “coincide con lo que esperamos de la física y también con lo que muestran los modelos”.
Puesto que el clima natural es variable, se esperaba que hubiera algunos episodios climatológicos extremos. Entonces, los investigadores intentaron determinar cuántos eventos se habrían presentado si no existiera la influencia del cambio climático. Una tercera parte de los meses registrados de clima seco en las regiones africanas estudiadas no se habría presentado de no existir la influencia del cambio climático, según concluyeron.
Los descubrimientos de este estudio se asemejan a los de otro informe reciente que detalló la relación entre el cambio climático y episodios recientes de clima extremo. Los investigadores de la Sociedad Estadounidense de Meteorología evaluaron las olas de calor, sequías, inundaciones y otros fenómenos.
Determinaron, por ejemplo, que las olas de calor marinas en la costa de Australia en 2017 y 2018 habrían sido “casi imposibles” sin la existencia del cambio climático. Además, indicaron que el cambio climático aumentó las probabilidades de que se presentara la sequía de 2017 en el norte de las Grandes Llanuras de Estados Unidos y un monzón de seis días de duración en el noreste de Bangladés.
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De los 146 eventos documentados en la investigación, en tan solo un 30% no hubo una relación sólida entre un acontecimiento de clima extremo y el cambio climático.
Los modelos climáticos ya han predicho que, a causa de los gases de efecto invernadero lanzados a la atmósfera por la actividad humana y al calentamiento que se ha generado en consecuencia, es probable que las zonas húmedas del mundo lo sean aún más. El aire más cálido ocasiona una mayor evaporación de los océanos y cuerpos de agua, además de que puede retener mayor humedad.
También hay pruebas de que los cambios en la circulación atmosférica durante el verano han ocasionado que algunos sistemas meteorológicos se interrumpan. La combinación de esos factores puede ocasionar lluvias torrenciales como las que inundaron la zona de Houston durante el huracán Harvey en 2017.
En tanto, se espera que las regiones con sequías constantes empeoren a medida que las temperaturas altas sequen la tierra y el aire.
“El cambio climático es causante de ambos extremos en el clima”, dijo Lehmann.
Este texto apareció originalmente en The New York Times, puedes encontrar el original aquí.
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