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Cediendo a la intensa presión de los líderes europeos, Jair Bolsonaro había llegado a criticar la reacción de otras naciones, insistiendo en que los incendios forestales “no pueden ser utilizados como pretexto” para imponer sanciones disciplinarias.
El ministro de Hacienda de Finlandia había planteado la opción de prohibir las importaciones de carne de vacuno brasileña, mientras que países como Francia o Irlanda habían amenazado con no ratificar el acuerdo comercial entre Europa y Mercosur si Brasil no se esforzaba en combatir las llamas en la Amazonía.
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El presidente francés había planteado tratar esta cuestión en la reunión del G7 en Biarritz.
“Podemos decir que la Comisión está profundamente preocupada. La Amazonía es la selva tropical más grande del mundo y contiene una décima parte de las especies. Por eso acogemos con satisfacción la intención del Macron de debatir esta cuestión en la reunión del G7. La emergencia está justificada”, comenta Mina Andreeva, portavoz de la Comisión Europea.
Grupos ecologistas protestaron en varias ciudades de Brasil para exigir al Gobierno medidas para luchar contra el fuego. También hubo concentraciones frente a embajadas brasileñas de todo el mundo.
Mientras, el pulmón del mundo sigue ardiendo: cientos de incendios sin controlar devoran miles de hectáreas en Brasil, el fuego arrasa también miles de hectáreas en Paraguay y en Bolivia ya ha calcinado más de 650,000 hectáreas.
Este texto apareció originalmente en Euronews, puedes ver el original aquí.
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