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La Dra. Katharine Hayhoe y la Dra. Rosimar Rios-Berrios son miembros de Science Moms, un grupo no partidista de científicas climáticas y madres que tienen como objetivo desmitificar la ciencia climática e inspirar acciones. Esta vez, nos traen una serie de consejos sobre cómo abordar la situación climática actual a nuestros niños y niñas de una forma directa y sin perder la esperanza.
El cambio climático ya no es un problema futuro. Ya está afectando casi todos los aspectos de nuestras vidas y el futuro de nuestros hijos, sobrinos, nietos y futuras generaciones. Está haciendo que nuestras olas de calor sean más mortales, nuestras tormentas más intensas y nuestros incendios forestales ardan con ferocidad.
Cuando hablamos con nuestros hijos, tenemos que ser honestos. El cambio climático es real y es grave. Pero lo más importante que podemos darles es esperanza: que hay soluciones y que todos tienen algo que aportar sin importar su edad.
Aquí hay 4 consejos que nosotras, las dos somos científicos climáticas y mamás, esperamos que los ayuden a tener una conversación climática positiva y constructiva con sus hijos.
Muchos niños ya saben que el clima está cambiando. Primero aprenden sobre el cambio climático en la escuela, en línea o de sus amigos; es posible que incluso ya estén hablando de ello con sus padres. En una encuesta reciente de adolescentes estadounidenses, el 57% dijo que el cambio climático los asustaba y el 52% dijo que los enojaba.
Somos científicos del clima y estamos de acuerdo: el cambio climático da miedo. Nos hace sentir ansiosos, e incluso enojados, cuando vemos que las personas se tapan los oídos con los dedos e ignoran las advertencias que se acumulan cada vez más rápido.
Por eso es tan importante practicar lo que la psicóloga Renee Lertzman llama sintonía. “La sintonía es cuando nos sentimos sincronizados, cuando nos sentimos comprendidos y aceptados exactamente donde estamos”, explica Lertzman en su charla TED. “El primer paso es mirar hacia adentro a lo que estamos sintiendo; luego a nuestros hijos y lo que están experimentando; y finalmente, a todos los demás seres vivos que comparten este planeta con nosotros y que también están siendo afectados por el cambio climático. ¿Cómo nos relacionamos con todos ellos?”.
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Al tomarnos el tiempo para comprender cómo nos sentimos nosotros mismos sobre el cambio climático y luego escuchar a nuestros hijos discutir sus miedos y esperanzas sobre el tema, podemos sintonizarnos con sus perspectivas. También podemos ayudarlos a descubrir cómo pueden ser parte de la solución.
Ser padre es difícil y la lista de cosas por hacer parece no terminar nunca. La buena noticia es que hablar sobre el cambio climático no tiene por qué ser complicado, tomar demasiado tiempo o estar lleno de predicciones pesimistas.
También hay excelentes charlas, videos y artículos de TED que puede escuchar o ver. En las redes sociales, busca y sigue fuentes que te mantendrán actualizado sobre la acción y las soluciones climáticas.
Continuar aprendiendo más sobre el cambio climático puede prepararte para responder las preguntas de tus hijos y ayudarlos a abordarlo en paralelo.
Alentar a tus hijos a jugar al aire libre les ayuda a apreciar el medio ambiente. Un estudio realizado hace unos años descubrió que los niños que juegan al aire libre tienen más probabilidades de estar interesados en proteger la naturaleza cuando sean adultos.
Según National Geographic, el 55% de todas las personas viven en áreas urbanas, lo que significa que es posible que debas ser creativo. Lleva a tus hijos a caminar o andar en bicicleta; averigüa qué podrías cultivar en tu jardín o jardineras en la ventana o en un balcón; identificar aves o flores silvestres locales; tomate un día para visitar un parque estatal o nacional.
No se trata solo del futuro: permitir que tus hijos experimenten la naturaleza mejora su bienestar. Las investigaciones sugieren que los niños que interactúan con la naturaleza tienen más probabilidades de gozar de buena salud. También tienden a ser pensadores más creativos y más inclinados a cooperar con los demás.
Así que piensa fuera de la caja: ¿cómo puedes ir a la naturaleza, o cómo podría llegar la naturaleza a ti?
La mayoría de los niños saben que el cambio climático está ocurriendo, pero es posible que no sepan qué podemos hacer para solucionarlo. A menudo, lo que nos impide actuar es la falta de eficacia: no estamos convencidos de que podamos marcar la diferencia. Entonces, ¿qué construye la eficacia? Sabiendo que podemos.
Desarrolla la eficacia de tus hijos buscando ejemplos de personas, especialmente niños, que están marcando la diferencia. ¡Habla de ellos! Hay niños que ganan ferias científicas por diseñar nuevas formas de obtener energía del sol, el viento, las mareas e incluso las algas.
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Los niños participan en huelgas climáticas y demandan a los gobiernos federales de Estados Unidos y Canadá por el derecho a su futuro. Los jóvenes en las redes sociales están compartiendo soluciones, como reducir los desechos y plantar árboles. Se están asociando con sus escuelas, ciudades y organizaciones locales para fomentar el cambio en todos los niveles. Las acciones de las voces de los niños ya son increíblemente efectivas.
También puedes empoderar a tus hijos buscando oportunidades para que ellos (e inclus tú) ayuden. Conoce la variedad de soluciones disponibles en recursos. Pregúntate: ¿Hay algún programa en su escuela al que puedan unirse (o incluso comenzar)? ¿Una oportunidad para limpiar un espacio verde o un río local o plantar árboles juntos? ¿Un proyecto escolar o una feria de ciencias en la que pudieran participar?
Como padres, somos el mejor recurso de nuestros hijos a medida que comienzan a comprender las realidades de la crisis climática y lo que significará para su generación. Podemos empezar por tener las conversaciones difíciles pero necesarias. Inspíralos a hacer su propia investigación, hacer preguntas y descubrir las complejidades de cómo nosotros, como seres humanos, interactuamos con el medio ambiente.
Sobre todo, anima a tus hijos a usar su voz para expresar sus preocupaciones y compartir las buenas noticias de las soluciones que existen. Cada uno de nosotros tiene una voz, y usarla es la forma en que cambiamos el mundo. Más tarde es demasiado tarde. El momento de hablar de ello y actuar es ahora.
Este texto apareció originalmente en Ideas TED, puedes ver el original en inglés aquí.
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